La Fresneda, F. TORRE

Los chavales de La Fresneda están encantados con su nuevo centro de estudios. Esta ansiada infraestructura, que los jóvenes ya pudieron visitar en la tarde del lunes, vivió ayer su primera jornada de apertura completa. Pese a que el comienzo de los exámenes ya se hace notar, una docena de jóvenes, en su mayor parte universitarios, pasaron la mañana estudiando en la sala principal del centro.

Entre ellos estaba Pedro González, quien finaliza el tercer curso de Administración y Dirección de Empresas. González opina que «el centro está muy bien, era una necesidad acuciante para el pueblo». Antes de la apertura, este joven acudía a Oviedo a estudiar, un destino que también compartía Íñigo Hidalgo, estudiante de Ingeniería forestal. «Me desplazaba cada día al centro de estudios del Tartiere o al centro social de San Esteban para poder preparar los exámenes con tranquilidad», explica Hidalgo. Estudiante de Informática, Cristian Sagra era otro de los que tenían que desplazarse a Oviedo para poder estudiar: «Iba cada día al Vasco, así que este espacio me viene muy bien». El centro de estudios de El Vasco era también el destino predilecto de Victoria Martín, estudiante de Administración y Dirección de Empresas: «Voy mucho, pero está muy saturado y a veces es difícil coger sitio, sobre todo durante la época de exámenes».

Por su parte, Cristina Muñiz, estudiante del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Burgos, revela las diferencias de este modelo con el que tienen en tierras castellanas: «Allí no hay centros de estudio, no saben lo que es. Lo que sí tienen, en cambio, son muchas bibliotecas, que es donde suelo ir a estudiar».

El centro de estudios también recibió ayer a los primeros estudiantes de fuera de la localidad. Es el caso de Pablo González, alumno de segundo de Bachiller en el Instituto de Noreña, quien se desplazó a La Fresneda desde su residencia en Soto de Llanera. «Es algo fenomenal, lo mejor que se podía hacer», afirma González, quien también temía que el centro pudiese estar lleno ya en estos primeros días. «Era algo muy necesario, porque no hay nada parecido en los alrededores» señala González; «yo, de hecho, me desplazaba a estudiar a Noreña y, del mismo modo, creo que este centro va a recibir a muchos estudiantes de fuera».

Otros que estudian fuera, pero que residen en La Fresneda, son Álvaro Romero, Manuel Paradero y Alejandro Egorburu, que cursan tercero de la ESO en Lugones. «En casa es más difícil, para nosotros estudiar y para nuestras familias tener que andar con cuidado para no molestarnos, así que este centro nos viene muy bien», asegura Romero.

Además del centro de estudios, estos tres jóvenes también creen necesaria la apertura de un Instituto en la localidad; una promesa del Gobierno regional que debería comenzar a tomar forma este mismo mes. «¡Si nos hubiera pillado con más tiempo!», se lamenta Paredero, consciente de que, para cuando el Instituto esté funcionando, ellos ya deberían estar cursando estudios universitarios.