Ables (Llanera),

Franco TORRE

Los vecinos de Llanera volvieron al seno de la Santa Madre Iglesia una vez más. El recinto ferial de Ables acogió ayer el día grande de la fiesta de los Exconxuraos, en la que Llanera rememora su excomunión en 1408 por negarse a pagar los abusivos impuestos que demandaba la Iglesia y su regreso a la fe, cuatro años después, tras peregrinar a Oviedo en señal de sumisión.

Al igual que sucedió hace casi 600 años, decenas de llanerenses cambiaron su atuendo habitual por sacos, se echaron ceniza sobre la cabeza y se pusieron una soga al cuello para procesionar en torno al recinto ferial en conmemoración del viaje que hicieron sus antepasados desde el concejo hasta la catedral de Oviedo.

A la cabeza de la comitiva estaban el propio alcalde de Llanera, José Avelino Sánchez, y la pregonera de esta décima edición de la fiesta, Carmen Rodríguez. Precisamente, su condición como primera mujer elegida para leer el pregón de los Exconxuraos centró la intervención de Carmen Rodríguez. «Cuando me propusieron ser pregonera de los Exconxuraos me quedé sorprendida: una mujer de Ables dando el pregón. Después de nueve años, no importa quién ni de dónde, pero al fin una mujer. No sé si este pregón tendrá interés, pero de lo que sí estoy segura, señor alcalde, es de que todas las mujeres de Llanera le estarán agradecidas, como lo estoy yo», afirmó Rodríguez al comienzo de su lectura.

Tras recordar los sucesos históricos que originaron la celebración, Carmen Rodríguez reivindicó las bondades del concejo, tratando de desterrar aquel viejo dicho que afirma que «de Llanera ni el polvo siquiera». «Tenemos un concejo en el centro de Asturias, disputado por todas las clases sociales, buenas comunicaciones, grandes empresas, nuestros polígonos, nuestros autónomos con sus pequeñas empresas», enumeró Rodríguez, que concluyó recordando «a las gentes del campo, donde me crie: hombres y mujeres que no tienen horas para el descanso y tratan de capear la tormenta. Esto es Llanera y sus gentes».

La primera pregonera concluyó su intervención, como no podía ser de otro modo, con un llamamiento a las mujeres trabajadoras del concejo: «Que demuestren su valentía por ser ellas, que sean emprendedoras, de lo que no dudo, y que peleen por sus proyectos. Que no esperen esas subvenciones que no siempre son positivas y que vayan poco a poco subiendo esos peldaños para llegar a conseguir esa ilusión que llevan dentro. Ya sé que no es el mejor momento. Esta crisis nos detiene, nos asusta, pero no acobarda a las mujeres de Llanera».

Tras el pregón, los llanerenses renovaron su alianza con la Iglesia con la celebración de la santa misa y, tras el oficio religioso, se abandonaron a placeres más mundanos, disfrutando de la gastronomía local, generosamente servida en las tabernas del recinto, y de los numerosos espectáculos que se escenificaban en el mercado.

Las exhibiciones de cetrería, el talento de los cómicos y la pericia de los luchadores, protagonistas de dramáticos duelos a espada, amenizaron el retorno al pasado de los numerosos asistentes que aprovecharon la pausa dominical para visitar el recinto ferial de Ables. Una ventana al Medievo que volverá a abrir sus postigos, Dios mediante, el próximo verano.