El megaproyecto para volver a convertir La Ciudad de Vacaciones de Perlora en el principal centro turístico público de Asturias ha desaparecido. Mucho proyecto, mucho expediente, muchas declaraciones públicas y privadas y muchas, demasiadas, promesas. Como reza el certero dicho, «muerto el perro se acabó la rabia» así que lo mejor es que todo desapareza, que la Ciudad de Vacaciones de Perlora deje de existir de manera definitiva. Son centenares de miles de metros cuadrados en la rasa costera del centro de Asturias. Unos terrenos que en su día tuvieron dueños y que fueron expropiados para construir lo que durante décadas fue el motor económico del concejo de Carreño. Ahora, ya que está todo finiquitado, lo mejor es que devuelvan las fincas a quien las tenía antes de la expropiación de hace más de 60 años. Los vecinos de Carreño y los de Perlora en particular sabrán perféctamente como sacar rendimiento a ese paraíso y «dinamizar», como se dice ahora, la economía local. Al menos yo me fio más de ellos.