La ciudad no es para mí. Es la lectura que hizo el pasado miércoles, en el Teatro Prendes de Candás, el grupo de teatro «Santa Bárbara» de Llaranes (Avilés). La compañía, que dirige Carmen Campo Mier, abrió la XX Edición del Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás con la obra «Yes Set», escrita por Campo Mier, quien además asumió uno de los papeles protagonistas.

Una obra en tres actos donde se narra la poca adaptación de una familia aldeana al instalarse en la ciudad, tras su fortuna en la lotería. Con el poder que les da el dinero, deciden abandonar el campo e instalarse en el ambiente urbano con todas las comodidades que ofrece un piso y una abultada cuenta bancaria. Ni se plantean tener dinero y seguir en el campo. Ser ricos y de pueblo es algo inconcebible para esta familia que sufre las consecuencias del impacto al vivir en la ciudad.

La obra recordó a la película «La ciudad no es para mí», que dirigió en 1965 Pedro Lazaga y protagonizó Paco Martínez Soria. La propia película fue concebida como una obra de teatro y constituyó un éxito sin precedentes en la cartelera barcelonesa donde su protagonista, el propio Martínez Soria, alcanzó las tres mil representaciones. El texto dramático era de Fernando Ángel Lozano, en realidad un seudónimo de Fernando Lázaro Carreter, presidente durante años de la Real Academia Española. La película, al igual que la obra teatral, se ubicaba en la época de la gran migración interna de España. Las ciudades crecían y ofrecían un desarrollo económico que situaban al país en la economía de libre mercado. Así las cosas, el dinero, su utilización e, incluso, su ostentación, es una de las tramas tanto de la película como de la obra de teatro de Carmen Campo Mier.

Es la historia de la familia que opone sus elevados valores morales a la corrupción de lo urbano. Los nuevos millonarios frente a los ricos venidos a menos que se cogen a clavo ardiendo con tal de mantener su estatus social. La aparición de una hija, hasta ahora desconocida -tema recurrente en tantas obras- fue otra de las tramas resuelta sin demasiada dificultad.

Con una cuidada escenografía y una tímida actuación, el grupo «Santa Bárbara» logró cierta complicidad con un público entregado al teatro costumbrista.