Guimarán,

Braulio FERNÁNDEZ

Una maestra perlorina, Merche García, contaba ayer al llegar a Guimarán, después de caminar unos diez kilómetros desde su parroquia de Perlora en peregrinación, que había una atracción especial entre algunos vecinos del concejo de Carreño y la Virgen de los Remedios de Guimarán. «Mi padre me trajo hasta aquí en 1959, cuando se produjo la coronación de la Virgen. Fuimos en una "xarré" desde Perlora, y desde entonces no he perdido el interés por esta fiesta», explica la profesora. El suyo es uno de los cientos de casos diferentes pero iguales que se producen cada año en la celebración del penúltimo fin de semana de septiembre.

Su acto principal es la peregrinación y ofrenda del ramo a la Virgen de los Remedios, que es la patrona de Carreño. En todas las parroquias del concejo deben sentir una atracción igual de especial por acudir a la pradería frente a la ermita de los Remedios, porque eran cientos de personas los que hacían acto de presencia en la ofrenda floral que el grupo de baile local de la Folixa realiza cada año, después de formar en procesión desde el otro templo de la parroquia, la iglesia de San Esteban. La multitud se concentró frente a la imagen de la Virgen con renovado entusiasmo después de que el año pasado se cumpliese medio siglo desde su coronación.

Y es que han transcurrido ya 51 años desde que por iniciativa del último cronista oficial del concejo, el guimarano de nacimiento Marino Busto, la Virgen de los Remedios de Guimarán fuera coronada canónicamente mediante una bula del Papa Juan XXIII. Este hecho, sólo compartido en Asturias por la Virgen de Covadonga, no pasa inadvertido para los vecinos de este pueblo carreñense, que cada año se vuelcan en la celebración de las fiestas, realizando, como antiguamente, importantes donaciones para ello.

La coronación de la Virgen surge, efectivamente, tal y como relatan José Antonio Samaniego y Germán G. Ortega en una publicación que vio la luz el pasado año, a iniciativa de una hermandad de ex combatientes impulsada por Marino Busto como modo de contactar con la sociedad. La coronación se apoyaba en un hecho de devoción que llega hasta el presente, ya que la fiesta religiosa sigue atrayendo a multitud de romeros de todo el concejo, que incluso en el caso de los candasinos recorren a pie la distancia que separa la capital de Carreño de la ermita donde se aloja la Virgen de los Remedios, a lo largo de quince kilómetros.

Ayer, los romeros y peregrinos se plantaron ante la ermita y, tras cantar sus oraciones, siguieron al aire libre la celebración eucarística en honor de la Virgen. Posteriormente se escuchó una gran descarga de voladores a cargo de la empresa pirotécnica carreñense Morís.

Pese a que la celebración religiosa ya ha finalizado, no concluye ahí la fiesta en Guimarán. Hoy está prevista la marcha cicloturista, a cuya finalización habrá premios para todos los participantes, y se realizará la entrega de los premios de los diferentes concursos celebrados durante el fin de semana. El programa arranca a las cinco de la tarde. De noche, los festejos concluirán con una verbena a cargo de la orquesta asturiana «Assia» y una gran chocolatada como colofón.