Buyeres (Nava),

Mariola MENÉNDEZ

Hasta hace poco, parte de la historia de Buyeres se escondía en un cajón. Una vecina de la localidad naveta encontró un par de hojas mecanografiadas en las que se cuentan cuestiones tan interesantes y casi tan desconocidas como que el pueblo llegó a constituirse en Ayuntamiento e incluso impartió su propia justicia. No aparece ni está clara la procedencia de esta documentación, que se titula «Fragmentos históricos de Buyeres».

«La cárcel del coto de Buyeres estaba en el lugar que ocupó la antigua casa de Colás y Duvigis, en El Palaciu», recogen los papeles. Mari Carmen Iglesias, vecina de Buyeres, apunta que Duvigis Fernández era hermana de su abuelo Celestino, y ambos, con el resto de los hijos de los entonces guardeses de la casa, nacieron allí. Tras el fallecimiento de sus padres, la mujer siguió a cargo del conocido como el Palacio de los Condes (en referencia al conde de Nava), hoy conservado en buen estado después de sucesivas restauraciones. En el pueblo parece que hasta la fecha nadie conocía que siglos atrás se levantaba allí una cárcel.

«Jamás lo había oído, hasta hoy. Esto antes era un caserío», asegura Iglesias. Del mismo modo se pronuncia María Luisa Sierra, también nacida en Buyeres: «Nunca lo había escuchado. No tenía ni idea». Es más, el propio cronista oficial de Nava, Leocadio Redondo Espina, manifiesta que tampoco él tenía constancia de la existencia de un centro penitenciario en Buyeres y lo considera un dato «muy interesante». Para él no es una cuestión descabellada porque «los antiguos cotos tenían jurisdiscción» y esta pequeña localidad naveta de unos 37 habitantes (aunque en verano puede rondar los 50) era uno de ellos, como también se recoge en los mencionados documentos, que repasan parte de su historia.

«Buyeres, cuyo nombre etimológico parece venir de Bañeres por su proximidad al balneario de Fuensanta, tenía Ayuntamiento propio en ciertas épocas, que nombraba justicias, regidores y otros cargos municipales», se recoge en los papeles, en los que se añade que «esta corta independencia luego pasó a ser coto de señorío. En 1578 figuraba como tal, hasta principios del siglo XIX y ya en 1504».

También se cuenta que, en 1332, Rodrigo Álvarez de las Asturias, para ejecutar su testamento, otorgó una carta de donación «et bon fecho» por la que cedía a doña Mayor Álvarez todas sus pertenencias en el cillero de Buyeres, Bimenes y la yuguería de Tamón, en Cabranes. Pero los vecinos del pueblo naveto se negaron a reconocer esta última voluntad, «quizá por ser dueño de su posesión de mala guisa», se apunta en la documentación, que prosigue indicando que entonces pasaron a la jurisdicción abacial de San Vicente de Oviedo.

En este archivo se guarda una copia de las pesquisas que en 1216 el rey Alfonso IX mandó llevar a cabo en el coto de Buyeres. Igualmente se archiva una sentencia por la que se condena a los vecinos de Buyeres a pagar al convento de San Vicente los fueros y rentas que anteriormente le debían abonar a don Rodrigo. «En la lucha por su independencia de los señores hay un reconocimiento de foros que practicó Riu Cames», con otros habitantes más del pueblo, a favor del abad de San Vicente, Juan Rodríguez, con fecha del 10 de diciembre de 1380.

Esta documentación también relata que el entonces coto lo integraban Buyeres y Omedo. Se asegura que «había 26 vecinos y 8 viudas» y por cada uno de ellos el conde de Nava percibía cuatro reales al año, además de la luctuosa o tributo de 18 reales de vellón por cada hombre casado o viudo que moría. Los cotos quedaron suprimidos por la real orden de 18 de diciembre de 1826, que disponía que fuesen incorporados a los concejos inmediatos y entró en vigor en 1827.

Otra curiosidad que se cuenta en las hojas encontradas por la vecina es que en el barrio del Barro, en Buyeres, «hay un hórreo de 1848», que desgraciadamente ya no se mantiene en pie, aunque prosigue diciendo que «el más antiguo del concejo de Nava debe de ser uno de Omedo, de 1736». También se hace referencia a fray Francisco Loredo como «persona histórica de Buyeres». Nació en 1811y se trasladó en 1837 a Manila (Filipinas).

Son retazos de la historia de un pueblo que hasta hace unos días se guardaban en un cajón.