Peñaullán (Pravia),

L. VALDÉS

La rotonda de Peñaullán, ubicada en uno de los cruces más conflictivos de la vía Soto-Pravia (concretamente donde entroncan las carreteras hacia Grado, Pravia, Soto y el valle de Arango) entró en funcionamiento este fin semana, después de tres meses de obras. La nueva infraestructura tiene como objeto garantizar la seguridad de peatones y conductores en esta peligrosa intersección, en la que se han registrado numerosos accidentes y atropellos. Los primeros usuarios se muestran satisfechos con esta glorieta que parece haber logrado su propósito de dinamizar el tráfico en la AS-16 y poner punto final a la extrema peligrosidad que suponía para los transeúntes el acceso a Pravia desde Peñaullán gracias a la colocación de un paso de cebra. «¡Esto antes era un caos y un peligro para todos; ahora, por lo menos, puedes cruzar tranquilo!», explicó Manuel Díaz, vecino de Pravia.

Tras su apertura, el Ayuntamiento de Pravia tiene previsto colocar en los próximos días, en el centro de esta glorieta, por la que circularán a diario unos 14.000 vehículos, incluyendo mucho tráfico pesado, una escultura, un salmón de acero envejecido, como símbolo del municipio. La construcción de la rotonda de Peñaullán se enmarcó en la mejora de la carretera -ayer los operarios limpiaban las cunetas, ya que está previsto que la empresa entregue hoy mismo la obra al Principado-, que incluyó un demandado nuevo firme y la construcción de varios tramos de acera. La actuación completa supuso una inversión de más de un millón de euros. Durante la ejecución de la obra, que se retrasó debido a que se encontró en la zona una antigua trinchera que Cultura señaló que carecía de valor, la zona se vio afectada por cortes ocasionales, retenciones y desvíos alternativos. La carretera a Grado, por ejemplo, fue desviada por el interior de Peñaullán.