Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Carreño ha dado por finalizada la revisión de las alegaciones al nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que se aprobó provisionalmente el pasado mes de mayo, en lo que respecta al casco urbano de Candás. Según explicaron fuentes de la comisión, en este bloque de alegaciones la mayor parte de las reclamaciones afecta a viviendas y a terrenos particulares y serán contestadas en las próximas semanas. Por otro lado, el Ayuntamiento ha iniciado la revisión de las alegaciones de la zona rural, que se centran en la petición de la ciudadanía de una mayor libertad para edificar en las parcelas familiares.

El plazo para la presentación de alegaciones al PGOU finalizó el pasado mes de septiembre. Se recibieron 563 consultas. La mayor parte de ellas fue presentada por particulares y empresas, pero hubo un bloque importante que corresponde a las quejas de las asociaciones vecinales de Candás y de Perlora, entre otras, de las cuales se extrae la preocupación vecinal por la falta de reserva de suelo para aparcamiento en el casco urbano de Candás, así como el peligro que se cierne sobre el carácter semirural de parroquias como Perlora.

En el caso de la asociación de vecinos de Candás, uno de los principales motivos de discusión tiene que ver con el aparcamiento en la capital. Según el colectivo que preside Luis Fernández, «tras más de ocho años de espera, el nuevo PGOU no contempla la previsión de suelo para acometer la consecución de un aparcamiento en el centro urbano de Candás». Según su criterio, el último recurso para disponer de esta zona de aparcamiento son los terrenos liberados de la fábrica de Conservas Albo.

La asociación de vecinos perlorina ha presentado un bloque de alegaciones de un centenar de páginas. Sus preocupaciones se centran en las dudas que el nuevo planeamiento urbanístico arroja sobre el carácter semi rural de la zona. Los vecinos quieren que se conserve el actual modelo. Hay otras preocupaciones, como el desarrollo comercial de Perán, que a su juicio queda desaprovechado en el planeamiento urbanístico. Piden, además, una mejor clasificación de los núcleos rurales y arrojan dudas sobre el futuro de las explotaciones industriales en las canteras de Moreda y El Perecil.