Noreña, Franco TORRE

Las obras traen de cabeza a los vecinos de Noreña. La coincidencia de los trabajos que se están ejecutando en la avenida de Buenavista y la calle Silvestre Rionda han provocado los cortes de las vías, que han perjudicado los accesos a la localidad y al tránsito interno, respectivamente.

Estas dos actuaciones tienen un origen común, los fondos del «Plan A», lo que explica, asimismo, la coincidencia temporal de ambas obras. La primera de ellas, la urbanización de la avenida de Buenavista y la calle de La Portilla, ha derivado en un corte de carretera que se prolongará, en principio, hasta el 10 de enero.

Buenavista es una de las principales vías de acceso y salida de la localidad, y curiosamente hace ahora un año ya estuvo cortada durante dos meses, en aquella ocasión por las obras del colector emisario de Los Riegos. Quizá por la cercanía de esta actuación, las obras en Buenavista y La Portilla están teniendo menor incidencia en el tráfico de la que tuvo el corte anterior.

Pero el corte de Silvestre Rionda es harina de otro costal. La obra, que debería concluirse a fin de año, prevé urbanizar esa calle, la plaza Eulalia del Busto y el tramo de carretera entre ambas. Actualmente se encuentra cortada al tráfico Silvestre Rionda, lo que afecta además a las calles de Ramona Rodríguez Bustelo y de la Libertad. Además, los obreros ya tienen muy avanzada la intervención en la plaza de Eulalia del Busto, lo que en la mañana de ayer motivó el corte de un tramo de la calle Sorribas, y en las próximas fechas conllevará el traslado del puesto de periódicos situado en la plaza.

Precisamente, junto a la plaza se ubica el Colegio Nuestra Señora de Covadonga, que está siendo uno de los grandes perjudicados por los trabajos. «El mayor perjuicio que tenemos es en lo tocante al transporte escolar, que ahora no se puede meter a la calle Sorribas y tiene que aparcar en la calle de la Iglesia, donde aparca la línea, obstruyendo el tráfico», apunta el presidente de la asociación de padres y madres de alumnos del colegio (AMPA), Ascanio Vicente González.

Pese a estos inconvenientes, desde el AMPA perciben como necesaria la actuación: «Las obras nos molestan a todos, pero si quieres mejorar, está claro que tienes que hacerlas». No obstante, el proyecto para Eulalia del Busto ha traído aparejado un roce entre el AMPA y el Ayuntamiento, toda vez que el colectivo de padres no ve claro el traslado de la zona infantil al parque de Los Arbolinos, en Silvestre Rionda.

Este rechazo les llevó en su día a recoger firmas para que se retocase el proyecto, pero no tuvo efecto sobre el equipo de gobierno. Pese a todo, el AMPA mantiene su postura inicial: «Seguimos sin ver claro el traslado por dos razones: el peligro que puede traer consigo el que los niños tengan que cruzar la calle principal para ir a la zona de juegos, y que el traslado se realizará a un parque en el que hay una zona habilitada para perros».

Además, González tampoco cree que en Eulalia del Busto se vaya a lograr un punto de encuentro para mayores, que es lo que interpreta el colectivo que busca el Consistorio, y tiene dudas acerca de la conveniencia de adoquinar el tramo de calle entre la plaza y Silvestre Rionda, en el que confluyen, además, el paseo de Fray Ramón y la calle de la Iglesia: «Hay algo parecido en La Felguera, en la entrada a La Pomar, y no lo veo muy lógico, porque hay mucho tráfico en esa vía». Precisamente, la llegada de las obras a ese tramo preocupa a vecinos y fuerzas políticas de la localidad.

«Nos queda lo peor, el corte de ese tramo de vía va a ser un calvario», señala a este respecto Borja Ortea, concejal por IU-PC en el Ayuntamiento y empleado en el sector de la hostelería. Para Ortea, la gestión del Ayuntamiento no está siendo la mejor: «La señalización de las obras es muy escasa y no todo el mundo sabe moverse por las calles secundarias de Noreña». Asimismo, Ortea alude a que el Consistorio debería haber programado mejor el calendario.