Anduve la semana pasada por la comarca más sidrera del País Vasco, la que riega el Urumea, y, la verdad, qué quieren que les diga, no tiene ni comparación con la nuestra. La sidra de aquí sabe mucho mejor y nuestros paisajes y potencialidades turísticas también son, objetivamente, superiores a los de Astigarraga o Hernani. Ahora bien, el sector ligado a la «sagardoa», que así llaman los vascos a su sidra, también se mueve y, además de haber logrado reconocimiento en medios de comunicación internacionales de gran prestigio, tiene en marcha una serie de iniciativas muy interesantes, la mayor parte de ellas impulsadas por la empresa que rige el museo de Astigarraga para captar turistas atraídos por la sidra y su cultura. A ver si, a la vista del grandioso éxito cosechado en Lastres, los vascos no acaban por pedir el «traslado» del doctor Mateo a cualquier caserío de Donosti, y en vez de darle al culete en Colunga, el televisivo médico acaba en tierras guipuzcoanas ensalzando la «sagardoa».