Perlora,

Braulio FERNÁNDEZ

La Ciudad de Vacaciones de Perlora afrontará su primer fin de año sin dueño desde su creación, en 1954, ya que el contrato que una sociedad de empresas había suscrito con el Principado para hacerse cargo de su explotación quedó rescindido el pasado mes de julio. Precisamente ahora que se van a cumplir seis meses de esa circunstancia, el debate sobre el futuro del mayor complejo turístico de Asturias vuelve a resurgir, a raíz de una consulta que el Partido Popular realizará en la Junta general del Principado para que el Gobierno regional aclare en qué estado legal se halla la rescisión del contrato y cuáles son sus planes de futuro para el complejo.

El compás de espera en que se encuentra la residencia genera gran inquietud entre los vecinos de Perlora, que siempre han visto en el complejo su motor económico. «Queremos que se ponga en marcha cuanto antes», comentaba ayer el presidente de la asociación de vecinos de Perlora, José Félix Caballero. Visto con perspectiva, «aquel proyecto de 2007 era bueno porque lo fundamental era abrir la Ciudad, pero si aquel no va a ser posible, entonces hay que empezar a idear otro», sostiene el representante de la parroquia. Eso sí, siempre «teniendo en cuenta la opinión de los vecinos, no solo de Pelora, sino de todo el concejo de Carreño», añade.

Y es que, a medida que pasa el tiempo, la Ciudad de Vacaciones va perdiendo presencia, acuciada por la situación de abandono en que se encuentra. Ese estado se hace particularmente visible en los desperfectos que presentan las más de doscientas villas de estilo tradicional que hay repartidas por la residencia. El Principado entendía que el cuidado de las instalaciones era básico para que la Ciudad perdurara, pero, al final, se han visto abandonadas. Como resultado, las villas aparecen agrietadas, invadidas por la vegetación y, en algunos casos, han sido ocupadas ilegalmente. Los parques y jardines están descuidados, con materiales oxidados y con desperfectos irreparables, algunos debidos a los vehículos que en verano utilizan cualquier espacio para aparcar.

Por el contrario, las playas y las pistas deportivas han mantenido el tipo durante estos años, al recibir cuidados de diversa índole, ya que se ha mantenido su utilización.

«En Perlora hay temor por el estado de abandono en que se encuentra la residencia y porque pueda ser irreparable. Nadie se explica cómo es posible que no se ponga en marcha», señala Caballero. Todos parecen tener claro que mantener la Ciudad de Vacaciones cerrada es un lujo inasumible y, del mismo modo, sostienen que la crisis económica no tendría porque ser un obstáculo insalvable. «Los tiempos no son los mejores para realizar grandes inversiones, pero con un lavado de cara, con unos servicios mínimos, podrían realizarse pequeños proyectos parciales, a corto plazo, para atraer turismo, y no solo en verano», explica el portavoz vecinal. Caballero destaca que la Ciudad de Vacaciones «tiene grandes espacios abiertos y buenos aparcamientos, y podrían hacerse muchas cosas».