Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El PP de Carreño ha criticado la postura del Gobierno regional (PSOE e IU), que rechazó en la Junta General del Principado sus enmiendas para incluir en los Presupuestos para 2011: el acondicionamiento del puerto de Candás, la reparación de las carreteras de Logrezana y El Regueral, y el saneamiento de las calles Carlos Albo y Pedro Herrero. Se trata, a juicio de los conservadores, de obras «de destacable importancia para el futuro del concejo».

Desde el partido de la oposición señalan que las enmiendas «presentadas cumplían todos los requerimientos legales y se enmarcaban en el presupuesto alternativo» presentado por la formación, y fundamentado en «prioridades en materia de gasto completamente distintas de las del Gobierno y que abordaban un verdadero recorte del gasto superfluo, muy abundante en el presupuesto patrocinado por PSOE e IU, concentrando el gasto propuesto en inversiones reales», dijo el concejal del partido Celestino Gutiérrez.

Desde la formación aseguran no explicarse la negativa de PSOE e IU a incluir las cuatro inversiones en los Presupuestos. «Sólo podemos concluir que Carreño es un concejo proscrito para el Gobierno regional, quedando orilladas una vez más obras cuya ejecución supondría un avance importante para el bienestar de los vecinos; y todo ello con el silencio del Alcalde, que ni siente ni padece ante los continuos mandobles recibidos desde las filas del Gobierno en retirada de Álvarez Areces», señaló Gutiérrez.

El rechazo de las enmiendas ha causado mucho malestar en el seno de la formación conservadora, ya que se trata de cuatro actuaciones para las que existe un consenso generalizado en el Ayuntamiento acerca de la necesidad de que sean ejecutadas.

Destaca especialmente el caso del saneamiento de Carlos Albo y Pedro Herrero, las dos principales calles de Candás que no están conectadas al colector general, y cuyas aguas fecales salen al mar por San Antonio, y a veces de forma alternativa por la playa de La Pregona. En el caso de la reforma del puerto, también se ha incidido en varias ocasiones en la necesidad de ejecutar modificaciones en la bocana del dique, que es considerada por los expertos demasiado ancha para permitir la estabilidad de las aguas.