Carrió (Carreño),

Braulio FERNÁNDEZ

El reciente anuncio del Ministerio de Medio Ambiente para autorizar la construcción de un acceso al puerto de Gijón por Carreño ha provocado un profundo malestar en la parroquia de Carrió, por donde discurrirá la mayor parte del trazado que acogerá tráfico de mercancías pesadas.

Sin embargo, llueve sobre mojado en el caso de este núcleo rural, que ya soporta la contaminación de industrias como la central térmica de Aboño, el parque de carbones, una subestación eléctrica y el tráfico de mercancías de la factoría Arcelor-Mittal. No obstante, ante la inminente construcción de la autopista de El Musel, los vecinos recuerdan de nuevo el compromiso de las administraciones de realojarlos en un lugar menos dañino para la salud humana.

La Asociación de Vecinos «El Filandón» de Carrió ejerció su derecho a alegar a la instalación del acceso al puerto de Gijón por Carreño. Su presidente, Pablo Quiroga, recuerda que ya que la construcción de la carretera es inevitable, se cumpla el compromiso para realojar a los vecinos que lo deseen. «Ahora esto debe ser motivo suficiente para que a quien quiera ser realojado se le permita hacerlo, y quien no, pues que pueda seguir viviendo aquí en unas condiciones mínimas, de forma que no vean mermada su calidad de vida más aún», explica el portavoz vecinal.

Quiroga protesta, además, por la forma en que se produce la elección del acceso, sin tener aparente consideración del vial existente en Aboño: «El 99 por ciento del tráfico que soporta la carretera de Aboño ya es del tráfico de camiones de El Musel, tráfico pesado»; pero es que además tampoco saben exactamente los vecinos cuál será la afección que el vial tendrá sobre sus vidas, más allá de que se necesitan varias expropiaciones para hacerlo a pocos metros de sus viviendas. «También desconocemos lo que ocurrirá con el enlace más cercano que tenemos, el de la rotonda de El Empalme, que ya sufre grandes atascos en la actualidad y no está preparado para soportar un nuevo vial del calibre del que se plantea realizar», añade Quiroga.

La asociación de «El Filandón» de Carrió consideró en su alegación al acceso del puerto por la parroquia que el trazado del nuevo vial «supone una agresión, tanto al medio ambiente como a la calidad de vida de los habitantes de la zona». Asimismo, indicaron que existen otros trazados en el estudio de impacto ambiental que implican la ocupación de fincas no productivas y no afectan a empresas, viviendas ni viales públicos, existiendo, además, un trazado alternativo que forma parte de los propios estudios de accesos de la Autoridad Portuaria, mucho menos lesivo tanto para empresas como para particulares.

Además, pidieron explicaciones a las administraciones acerca «de la utilidad o ventaja que supone duplicar una estructura ya existente, igual en todas sus características que la anterior», que transcurre desde hace décadas entre la rotonda de El Empalme y el puerto, «en lugar de ensanchar, ampliar, reafirmar y alterar el trazado de esa carretera ya existente».

Según El Musel, la ventaja y utilidad de proyectar un nuevo vial en lugar de aprovechar el existente es que «se plantea como uso exclusivo del puerto de Gijón, ante la necesidad de dotarlo de los accesos terrestres necesarios».