Lieres (Siero), Franco TORRE

Los feligreses de la parroquia de Lieres dicen estar cansados de su nuevo párroco. El veto a los fieles que se encargaban de la limpieza del cementerio y la posibilidad de que una empresa privada se encargue en adelante de la gestión han colmado la paciencia de los vecinos, que en la tarde de ayer organizaron una concentración en protesta por la labor del sacerdote, Segundo Rodríguez, en la que participó cerca de un centenar de personas.

Segundo Rodríguez negó ayer que quiera privatizar el camposanto, si bien rechazó valorar la situación para huir de polémicas. «Prefiero hablar con mis feligreses», dijo.

Los desencuentros con el párroco vienen sucediéndose desde que hace cuatro meses sucedió a Andrés Fernández -que fue trasladado a Lastres- al frente de esta parroquia y de las de Santiago de Arenas, San Juan de Arenas del Coto, Santa Marta de Carbayín y Santo Tomás de Feleches. El nuevo párroco, con un pasado como misionero, trató de cambiar ciertos aspectos del funcionamiento de las parroquias que recibió, lo que ya ha motivado numerosas quejas en Traspando y Feleches.

En aquellos núcleos, el motivo principal de las protestas fue la reducción del número de misas, algo que también ha sucedido en Lieres, aunque en este caso los feligreses aguantaron esta situación. No obstante, el cambio en la gestión del camposanto ha acabado por generar un enfrentamiento que se venía gestando desde principios de diciembre.

«Se negó a celebrar misa en la fiesta de Santa Bárbara porque decía que Lieres no es una parroquia minera», afirma José Luis Quidiello, uno de los feligreses de Lieres, que actúa, junto a José Ordóñez, de portavoz de los vecinos. «Estuvo cinco años de misionero, y ahora ha vuelto y nos quiere tratar como indígenas», añade Quidiello.

Por su parte, José Ordóñez es más conciso a la hora de señalar los desencuentros con el sacerdote: «En un primer momento cambió los horarios y eliminó la misa de los domingos, lo que molestó mucho a la gente, pero no protestamos». Desde la llegada del sacerdote, la misa de Lieres se celebra los sábados, a las 17.30 horas, lo que además se unió a la decisión del sacerdote de eliminar oficios en el santuario de la Virgen de la Salud, donde apenas hay alguna misa los miércoles. «Además de eso, quiere obligar a los pequeños a trasladarse a Feleches para el catecismo», añade Ordóñez.

Pese a estos desencuentros, lo que más dolió a los feligreses de Lieres fueron dos desplantes del sacerdote en sendas celebraciones muy arraigadas: la mencionada anulación de la fiesta de Santa Bárbara y la decisión del párroco de no participar en el belén viviente que hicieron los feligreses el 25 de diciembre.

Con estos antecedentes, la posibilidad de que el sacerdote dejase en manos de una empresa privada la gestión y limpieza del cementerio, algo de lo que los vecinos se enteraron por terceras personas, ha soliviantado los ánimos en la parroquia. «Hay dos personas que limpian y cuidan el cementerio hace ocho años y no verán otro más limpio en toda Asturias», señala a este respecto Ordóñez. Los dueños de los nichos pagan al año 4 euros a esas dos personas para que limpien el camposanto.

Lo curioso es que toda la protesta se ha organizado sin haber escuchado los planes del cura, aunque ya ha anunciado a las personas que se encargaban del cementerio que no pueden volver a entrar en él. «Queremos anticiparnos a cualquier cambio, ya que él no nos dice nada ni nos consulta nada», señala a este respecto Ordóñez.