Aboño (Carreño),

Braulio FERNÁNDEZ

No es que hayan crecido mucho, pero los algo más de cincuenta árboles que se plantaron el año pasado por estas fechas en las inmediaciones de la cementera de Tudela Veguín, el parque de carbones y la central térmica de Aboño han conseguido sobrevivir. «Todos prendieron, menos dos», señala orgullosa la directora de comunicación de la empresa, Alicia Castro Masaveu. Su firma fue la que propició en marzo de 2010 la jornada de plantación de árboles en unos terrenos de su propiedad por parte de escolares. Los mismos que ayer regresaron a continuar con su trabajo de reforestación.

Para llevar a cabo esta repoblación en tierra hostil se reunieron ayer en unas cuantas hectáreas de terreno prestadas por Tudela Veguín más de medio centenar de alumnos de los colegios candasinos San Félix y Poeta Antón de Marirreguera. Se trata de una iniciativa educativa que pretende, más allá de la simbólica plantación de árboles en zona industrial, sembrar la semilla del respeto medioambiental en los escolares. A los que se echó de menos, puntualizó Alicia Castro, fue «a los alumnos de las escuelas de Carrió, que cerraron a lo largo del último año».

Los escolares, en grupos de diez, fueron plantando pequeños cerezos a lo largo y ancho del prado, justo al lado de donde el pasado año se plantaron otro medio centenar de esquejes. Hubo representación por parte de la empresa cementera, pero también del Ayuntamiento de Carreño, en la persona de la concejala de Medio Ambiente, Melania Álvarez, quien también plantó uno de los cerezos que facilitaron los empleados de la empresa. Estos orientaron a su vez a los escolares en la técnica de la azada y la siembra. Por parte del Principado acudió la directora general de Aguas y Calidad Ambiental, Vanesa Pérez Díaz.

Con la colaboración de los colegios, Tudela Veguín pretende «organizar una jornada de información y sensibilización ambiental, con la intención de inculcar en los niños una conciencia respetuosa con el medio ambiente». La empresa cementera cumple de esta forma con la «vocación de continuidad» del proyecto que inició el año pasado.

Durante la plantación de cerezos, cada uno de los niños de sexto curso puso una rama sobre el suelo, a la que ató una etiqueta con su nombre, «con el fin de que puedan hacer un seguimiento de la evolución de su crecimiento, y sentirse orgullosos de su contribución a la protección de la naturaleza», según explicaron.

«Esta jornada se enmarca en las actuaciones de cuidado del entorno que se vienen desarrollando en distintas instalaciones del grupo Masaveu desde hace años», añadieron los responsables de la firma. Los planes de Tudela Veguín pasan por seguir realizando actividades de este tipo en la zona.