Noreña, Franco TORRE

«La voz de tergal, la que nunca se arruga». Así presentó, hace ya muchos años, Pepito Suárez al noreñense Florencio «Tino» Fombona, vocalista superdotado. El apodo prendió y aún hoy se conoce a Fombona como «la voz de tergal». Una voz que abandonó los escenarios hace ahora seis meses y que esta tarde-noche recibirá un sentido homenaje en la inauguración del III Certamen de cantares de chigre «Prohibido cantar... desentonáu» de Noreña. Será en reconocimiento a una trayectoria de seis décadas sobre los escenarios, en los que compartió cartel con figuras como Raphael, Lola Flores, el «Dúo Dinámico» y Joan Manuel Serrat, entre otros.

Como tantos otros artistas ilustres, Tino Fombona fue «descubierto», en su caso en un concurso organizado, en el año 1950 por la Comisión de Festejos «San Antonio» de Colloto. «Se desarrolló en varias semanas, por un sistema de eliminatorias, y yo participaba formando pareja con Jesús Cuesta: éramos el "Dúo Condal"», recuerda Fombona. Los noreñenses se alzaron con el primer premio, y a Fombona, que contaba apenas 19 años, le ofrecieron acto seguido su primer trabajo como cantante: fue en la orquesta «Monte», con la que empezó a trabajar en la temporada siguiente.

Unos pocos años después, Fombona dio el salto a la «Orquesta Langreana», con la que trabajó varios años y de la que pasó a la orquesta «Parrysh»: «Aquellos años, entre la "Langreana" y la "Parrysh", fueron mis mejores años. Llegó un momento en que teníamos más de 130 actuaciones al año». De hecho, durante dos años Fombona estuvo fijo en cuatro locales, en los que hacía cinco actuaciones cada fin de semana: «El sábado por la tarde tocábamos en el Samoa de El Berrón, y por la noche en el Canary, en Oviedo; el domingo por la mañana íbamos al teatro Emperador de León, por la tarde actuábamos en la sala de exposiciones de Avilés y por la noche otra vez en el Canary».

En aquella época grabó su primer disco: «Fue en el año 1969, un LP con cuatro canciones compuestas por Falo Moro». También tuvo la oportunidad de dar el salto, aunque no era ya el momento: «Me ofrecieron un contrato para hacer una serie de galas en la cadena Meliá y un crucero por todo el mundo. Pero entonces estaba casado, con cinco hijos y tenía trabajo fijo. No era momento de experimentos».

En este sentido, Fombona siempre tuvo los pies en el suelo. En aquella época, el noreñense era administrativo y profesor de contabilidad en la escuela de Luces y dejaba su carrera musical para los fines de semana y los períodos estivales: «Cantaba porque me gustaba, era un hobby que me dejaba algún dinero».

Tras dejar la «Parrysh», Fombona encadenó colaboraciones con varias orquestas: «Gran Canaria» de Valdesoto, «Los Clásicos», «Los Solistas» y «Moderns». «Siempre pasaba lo mismo: me llamaban porque estaban en un apuro, porque les faltaba el cantante, y al final quedaba con ellos 3 o 4 años». Finalmente, creó la orquesta «Krystal», con la que actuó los últimos años de su carrera.

En 2008 sacó un disco que sirvió de epílogo a seis décadas de carrera, «Canciones de toda una vida», y en septiembre de 2010 abandonó finalmente los escenarios. Esta tarde, a partir de las 19.30, Fombona recibirá un homenaje en la Casa de Cultura de Noreña. Un acto que por una vez, y sin que sirva de precedente, dejará sin habla a «la voz de tergal».