Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

«Más alta tensión en Asturias no es necesaria». No sólo lo dicen los vecinos, sino también los estudiosos. Los habitantes de Carreño llevan algo más de un mes oponiéndose al proyecto de Red Eléctrica de España de instalar una nueva subestación eléctrica de potencia máxima en el concejo y un corredor de alta tensión atravesándolo hasta Avilés. Y lo hacen desde el corazón, aunque ahora cuentan con razones esgrimidas por la cabeza para seguir defendiendo su postura. Es lo que les ha aportado la información facilitada por los profesores de las universidades de León y Oviedo, Julio Lago y José Alba, que acudieron al Teatro Prendes a explicar a tres centenares de vecinos que «la razón les asiste».

Esas palabras son del profesor de Economía Financiera de la Universidad de León Julio Lago Rodríguez. Para él, en lo que respecta a Carreño y su oposición a la subestación eléctrica de La Reboria, «no hay nada perdido, porque no hay nada construido todavía». Es más, asegura que «si los vecinos se oponen, estarán tratando de que triunfe la cordura». Naturalmente, sus palabras resuenan con aliento entre la vecindad del concejo, radicalmente contraria, como sus representantes políticos municipales, a los planes de Red Eléctrica.

Pero, además, hay más de una justificación. «Un territorio que soporta torres de alta tensión se verá sacrificado», según Lago. Y eso choca con la proclama paradisiaca asturiana: «Asturias es un referente de turismo rural, ya que es el segundo en ese sentido de España, y esa riqueza tiene mucho que ver con la conservación del medio ambiente». Por eso, «cuando no hay necesidad de hacer esos tendidos, como es el caso, es totalmente negativo».

Según el profesor, «Red Eléctrica es una empresa tutelada por el Gobierno, por lo que todas las obras que realiza tienen la rentabilidad asegurada, porque se les compensa con la tarifa de la luz». Y el plan ahora es instalar torretas de alta tensión de 75 metros de altas, lo que superaría en altura a edificios de 25 pisos, algo que apenas existe en materia constructiva en la región.

Aún así, los vecinos están a tiempo de evitarlo. «Entre Navarra y el País Vasco también se trató de construir una línea similar, pero hace cinco meses se pidió desde el gobierno estatal a Red Eléctrica que diera marcha atrás debido a problemas medioambientales y a la oposición social», detalla Lago. Y entonces Red Eléctrica tuvo que ponerse a buscar una alternativa, «que pasara por un corredor ya existente». Como señala el profesor, en Asturias ya existen corredores para la energía suficientes.

De hecho, su colega de la universidad de Oviedo José Alba puntualiza que «con todo esto, lo que se está haciendo desde Red Eléctrica es tratar de instaurar derechos sobre el territorio que en el futuro serán más difíciles de conseguir». Porque ambos coinciden en que las nuevas líneas de alta tensión no son necesarias, cuando, como señalan, las actuales líneas y estaciones eléctricas no alcanzan en la mayoría de los casos ni el 50 por ciento de su capacidad de rendimiento.

Alba precisa que lo que más aprecian los turistas «es el paisaje, por lo que hay que pensarse mucho la idea de destrozar el paisaje». Al fin y al cabo, y sin entrar a valorar los perjuicios a la salud, que tanto preocupan a los ciudadanos, de lo que Red Eléctrica habla es de poner torres de acero de 25 pisos de alto a lo largo de todo el valle de Carreño.