Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El Archivo Histórico de Carreño tiene casi 500 años de antigüedad y ha sobrevivido a traslados y guerras. Desde hace escasos días hay otra razón de peso para perdurar por otros 500 años más por lo menos: un nuevo espacio. Ahora cuenta con modernas estanterías en un espacio estanco en la nueva ala de la Biblioteca Municipal de Candás.

Ésta es la última de las numerosas mudanzas que ha sufrido el Archivo Histórico de Carreño. La mayor parte del fondo lo conforman las actas, solicitudes y expedientes que forman parte de la vida diaria de un Ayuntamiento. Existe constancia a cerca de inventarios de documentación municipal fechados desde comienzos del siglo XX. Sin embargo, la verdadera labor archivística no surgió en Carreño hasta que así le fue encargada al historiador local Manuel Ramón Rodríguez, quien se ocupó de ello hasta 1995. Hasta ese año, el Archivo Histórico permaneció almacenado en la casa del escultor Antón, sede en la actualidad del museo dedicado al popular artista candasín.

Con la construcción del nuevo Consistorio, parte del legado fue trasladado al nuevo espacio administrativo. Ya en el año 2002 se inició la labor profesional de María del Carmen Cantero, archivera municipal hasta la actualidad. Finalmente, y tras la construcción de un espacio que reunía las correctas condiciones de temperatura y humedad para almacenar viejos papeles en la Biblioteca Municipal, el montón de papeles que certifica el devenir por el tiempo del concejo ha hecho su última mudanza. Y lo ha hecho no sólo para mejorar su propia conservación, sino también para facilitar la labor de los investigadores. «El archivo de Carreño es uno de los mejores y más amplios que existen en Asturias». Lo dice la última investigadora en acudir al fondo ya en su nuevo espacio, Patricia Suárez. Licenciada en Historia, realiza su tesis doctoral sobre el concejo de Carreño en el siglo XVIII. «Primero consulté el Catastro del marqués de la Ensenada, padrones de moneda forera, y ahora estoy con libros de acuerdos», explica.

Y la diferencia con respecto al anterior espacio, en la famosa torre del Reloj, es notable. «No sólo se mejora la conservación de los documentos, sino que se evita su pérdida, y ahora se puede realizar la consulta en un lugar adecuado, por espacio, para ello, con documentos desinfectados y desinsectados», añade Suárez. Y es que el incremento sustancial del espacio ha sido una de las grandes mejoras. Ahora hay dos salas, una de depósito, cerrada, y otra para investigación y despacho.

Se podrán atender así cientos de consultas externas y a una docena de investigadores al año. Si bien la labor de mejora del archivo, que cuenta con el tercer mayor fondo del Catastro del marqués de la Ensenada de la región, no acaba ahí. Durante los próximos años, y como se ha venido haciendo en los últimos, se continuará con la labor de restauración de los documentos más deteriorados. «A corto plazo se pretende seguir adelante con la política de restauración de elementos y, posteriormente, se gestionará la digitalización de los documentos más importantes», anuncia el edil Paulino García.