Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

El parque candasín de Les Conserveres pasa a ser escenario de un cuento de Leopoldo Alas «Clarín» cada mes de junio. Y los vecinos y visitantes que merodean entre sus casetas, puestos, animales y talleres, sus personajes. Así es que lo que empezó hace diez años como un mercado rural para la venta de productos autóctonos, se ha convertido hoy en una gran obra de teatro en la que actores y actrices interpretan papeles escritos por Clarín, disfrazados como algunos de sus protagonistas, y en la que los visitantes, lejos de contemplar, forman parte de la obra.

Tal es así que en la décima edición del clariniano que se celebra en Candás desde el pasado viernes, y que concluye hoy, hay más talleres en vivo que puestos de venta. Ayer, por ejemplo, diferentes artesanos provenientes de toda la región realizaron demostraciones de hilado, cosido de redes, elaboración de madreñes, o trabajo en azabache. Incluso había una antigua herrería instalada en el medio del parque, donde junto a una fragua se moldeaba el metal con la colaboración de los visitantes.

No solo eso. Desde por la mañana se puedo ver una animación a cargo de Esther Peino, con la entonación de romances populares, y los niños disfrutaron de viejos tiovivos o de paseos en xarré y poni.

A pesar de ello, los puestos de venta siguen siendo la parte fundamental, como no podía ser de otra forma. «El mercado clariniano es un evento cultural y turístico que nos acerca a una forma de vida ancestral de comercio y relaciones sociales entre las gentes», explica una de las organizadoras del evento desde el Ayuntamiento, Amelia Fernández.

A mantener el ambiente clariniano y decimonónico contribuye decisivamente, en opinión de Fernández, «el trabajo de los artesanos y las entidades socioculturales del concejo, mostrando su buen hacer e incluso los suculentos guisos y comidas de antaño».