Sabida es la importancia que tuvo la industria candasina en la manufactura del pescado en los siglos pasados (con el precedente del puerto ballenero de Entrellusa, en Perlora), cuyos productos se adquirían en el mismo Candás y, en parte, se conseguían en los puertos más cercanos, familiarizados con conservas, escabeches, salazones, ventas al por mayor, conservas alimenticias, acaparadores, acopiadores, fresqueros, sal al por mayor, fábricas de hojalata, de envases y de cajas de latas al vapor; prensas mecánicas movidas a vapor; máquinas de encajar soldadura, de hacer llaves y de cerrar latas; autoclaves; talleres de reparación; barrileros, cuberos y tonelerías; efectos navales; cajeros; carreteros y autocamiones, hasta llegar al embarque en el ferrocarril del Norte, en la cercana estación de Veriña, por la que también venía el correo.

Empezaremos por citar algunos empresarios/as de las/os más antiguos que tuvieron cierto predicamento: Casimiro García-Barrosa, con La Igualdad, Joaquina G. Barrosa, Marcial Ortea del Barrio (Marcial, del que los más viejos del lugar decían que tenía dos hijas tan hermosas que eran la admiración suprema), Claudio Morán García, Germana González, viuda de Moro, con La Flor como divisa; Jenaro Muñiz Velasco, viuda de Casimiro G.-Barrosa, y, hacia la mitad de la década de los años 20 del siglo pasado, también los italianos, famosos por la elaboración de la anchoa: Eugenio Pretto, Angelo Parodi Fu Bartolome, S. A., y Carlos América (Guetaria), que tenía domiciliada su correspondencia a la fábrica de Herrero.

Capítulo aparte merecen los renombrados fabricantes de los que hablaremos a continuación:

-Herrero: Pedro Herrero Frutos, nacido en la provincia de Segovia el 29/4/1842, después de tomarle el pulso a varios negocios derivados de la mar, se declara en quiebra. Levantaría la empresa su hijo, Ángel Herrero (razón social), antes de terminar el siglo XIX. Después de unos años de bonanza, en 1911 ya figura como Ángel Herrero y Hermanos y, ya para culminar el primer cuarto del siglo XX, pasa a denominarse de Herrero Hermanos, con La Peña Furada y La Invencible.

-Albo: Por 1895, Albo debuta en Candás, como Albo y Arredondo (de Santoña), que, en 1903, se independiza y pasa a ser Carlos Albo Kay hasta 1921, cuando figura ya como Hijos de Carlos Albo, con el símbolo Tres Escudos.

-Mardomingo: Juan Mardomingo Gordillo, de León, que, hacia 1920, pasa a denominarse Pedro Campo Ugidos, de León. Los Mardomingo alquilan su fábrica en 1938 a Pedro J. Portanet. Previamente, Portanet había ejercido unos pocos meses en una de las naves de Alfageme.

-Alfageme: Muy poco después de Pedro Herrero, en el siglo XIX, ya tenemos en Candás a Bernardo Alfageme Pérez, de Zamora, que se casa con la candasina Delfina, hija de los candasinos Donato Fernández-Luanco y Joaquina García-Barrosa, caricaturizada esta como la seña Isabel de «José», de Palacio Valdés. Famoso Alfageme con sus marcas La igualdad y ¡Miau!

-Ortiz (de Ondárroa): llega a Candás hacia 1930 y se establece en la calle Río, en su margen derecha; en la década siguiente, José Ortiz se traslada en la misma calle a su margen opuesta del río Noval, donde, hasta entonces, había figurado uno de los más nobles edificios del concejo de Carreño, la casona, con su capilla de la Concepción, de los Menéndez Valdés y de Tabaza, con entrada principal por Braulio Busto, antes calle de la Plaza que, amenazando ruina, fue demolida. En su solar se edificó la nueva fábrica.

-Ojeda: El candasino Hermenegildo Alfageme Fernández de Luanco, despechado por la dolorosa y horrenda desaparición de su padre, Bernardo Alfageme, y su hijo (y nieto del anterior), Hermene Alfageme del Busto, en su recuerdo dona en Gijón los terrenos del Sanatorio Marítimo San Bernardo y San Hermenegildo, y, en 1939, vendió, casi regaló, todo su emporio de Candás a Hijos de Angel Ojeda, S. A.

Además de las anteriores, camino de San Antonio podría citarse la de Antonio García Orejas «Gorín»; en el mismo edificio figuraron otros, hasta llegar a Conservas Remo. En Perlora: Enrique García Prendes y, posteriormente, Conservas Perón.

El volumen de la pesca subastada en lonja en el año 1934 alcanzó la cifra de 2.322.487 pesetas, cantidad muy superior a la de los demás puertos asturianos, si se exceptúa Gijón, donde, si bien se subastaron nada menos que 8.478.135 pesetas, sólamente una minoría podía ser absorbida por la industria conservera gijonesa, muy inferior a la candasin que se abastecía allí con cantidades altamente importantes.

Manejando cifras, puede admitirse la posibilidad de que, en Candás, para los distintos cometidos, en épocas buenas se hayan adquirido más de seis millones de kilos de pesca anuales.

En el año 1935, con Albo a la cabeza, como fábrica siempre más importante, Herrero llegó a tener en plantilla fija a 125 productores, con una elaboración que se aproximó al millón y medio de kilogramos, la mayor parte preparados en escabeche, más otros 600.000 kilogramos para la exportación en fresco. No andaría muy lejos de estas cifras Mardomingo; Alfageme, pese a que tuvo un año muy flojo para sus posibilidades, con 126 mujeres y 12 hombres de plantilla fija, elaboró 752.400 kilogramos, preparados casi en su totalidad en latería pequeña, hasta contabilizar 15.502 cajas.

Pese al ostensible decrecimiento, Albo, Herrero, Ojeda... son siete fábricas que todavía consiguen cifras importantes de producción en la década de los cincuenta y, así, puede decirse que en la década de los sesenta compiten en producción Portanet, con 80 productores, y Ortiz, con 70 de plantilla, que rebasan el medio millón de kilos que alcanza Perán en el año 1965, con 120 productores fijos, y, ya en el año 1970, Remo, con 30 productores trabaja 250.00 kilogramos y, con 1.241.745 kilogramos, Albo, que sigue fuerte en la brecha con 175 productores.

Estas fábricas, en las temporadas propias de abundancia de pescados, se veían altamente nutridas de personal eventual.

El tema de la mar requiere por sí solo un capítulo aparte. Todavía en el año 2006, Albo recibe anualmente unos dos millones y cuarto de kilos, de bonito en crudo, para su elaboración. Trabaja todo el año y todo ello representa más de un tercio de lo que en los mejores tiempos manufacturaba el Candás conservero.

Ya hace mucho tiempo que nos quedaban nada más que dos fábricas, pero, a mediados de 2009, se fue Albo y, poco después, Conservas Remo también hizo mutis por el foro.