Presidenta de la ISEM Fashion Business School y ex directora de la revista «Telva»

Villaviciosa, Mariola MENÉNDEZ

Covadonga O'Shea (Bilbao, 1938) destila una admirable sencillez propia de las grandes mujeres. Perteneciente a una numerosa familia (son siete hermanos) de la burguesía vasca, quizá haya sido su espíritu luchador (dice llevar sangre de don Quijote y de don Pelayo) el que la ha mantenido con los pies sobre la tierra a pesar de haberse codeado con las principales figuras de la moda internacional. Durante 27 años, la trayectoria profesional de esta licenciada en Ciencias de la Información y Filosofía y Letras por la Universidad de Navarra se desarrolló al frente de la prestigiosa revista «Telva». Desde 1997 preside la ISEM Fashion Business School, una escuela de negocios enfocada a la formación de directivos especializados en las empresas del sector. Confecciona un diccionario de moda. Estos días descansa en Villaviciosa con unos amigos.

-Se confiesa una enamorada de Asturias.

-Me atrae muchísimo esta fusión entre la montaña y el mar que se da en Asturias. Nos quejamos del tiempo de vez en cuando, pero la lluvia y la humedad permiten tener estos bosques que son un regalo de Dios. Esas playas... que es como si las abrazara el mar... me parece un sueño. De muy pequeña vine con toda mi familia a Covadonga y fue de estos viajes infantiles que se te quedan grabados en la cabeza y cada vez que vengo me gusta más.

-Si no fuera porque es conocido su origen vasco, se diría que es asturiana por su nombre.

-Se lo debo a mi padrino, que era Díaz Caneja, de Gijón. Soy muy afortunada con mi nombre, siempre he presumido de él y, además, he luchado porque no me llamen más que Covadonga, entero. Ahora está muy de moda por toda España, pero en el colegio y en la universidad era yo sola. Entre eso y mi apellido, que es irlandés, la gente pensaba que era un seudónimo.

-Quería ser corresponsal de guerra, pero terminó dirigiendo la revista femenina más prestigiosa del país.

-Cuando estudié Periodismo, éramos sólo tres mujeres y los chicos se ponían muy pesados diciéndonos que para qué estudiábamos eso si acabaríamos escribiendo la página de la mujer que antes había en los periódicos. Un día les dije que pensaba ser corresponsal de guerra. Lo que me divierte es cómo ha cambiado el mundo porque antes parecía una locura de una chica de 17 años y ahora la inmensa mayoría de los corresponsales de guerra son mujeres.

-Ha manifestado que dirigir una revista también es estar en un frente.

-Era otra época, en España no había invasión de las revistas extranjeras hasta que empezaron a llegar, a partir del año 75, «Elle», «Marie Claire», «Vogue»... y fue la guerra. El eslogan que les dije a todos los de la redacción fue: «Nosotros tenemos más ingenio que dinero. Tenemos que ganar porque lo tenemos que hacer mejor que nadie». La gran batalla está en la publicidad. Por eso inventé los premios de moda, belleza y solidaridad y empecé a recorrer Europa a visitar las grandes firmas. Nunca se me ha puesto nada por delante y les decía que la mujer española de quien se fía es de «Telva».

-¿Cómo consiguió ganarse esa confianza?

-Mi empeño era hacer una revista para la mujer inteligente, que ya empezaba a conciliar la familia con el trabajo. Tratábamos de llegar a esa mujer con intereses culturales, profesionales y familiares por encima de todo. Dábamos mucha importancia al mundo cultural y ofrecíamos entrevistas con gente interesante. Siempre dije que «Telva» es la revista que compra la mujer y lee el hombre.

-Ahora está al frente de la ISEM Fashion Business School, una escuela de negocios especializada.

-Tenía la idea de que se necesitaba gente preparada para llevar las empresas de moda y que esa gente debía tener una formación específica, no sólo referida al negocio. Va a hacer diez años que intenté sumar talentos y quedarme con los mejores. Este año somos una escuela más de la Universidad de Navarra y tenemos acuerdos con Milán, con París y con Nueva York.

-¿Es compatible ser miembro numeraria del Opus con la dedicación a la moda?

-Procuro tener un compromiso personal y profundo cristiano esté donde esté. La moda no es un mundo frívolo, aunque se puede frivolizar, como muchos otros. Se trata de buscar la dignidad de la persona. La moda tiene una parte estética importante, pero crea muchos empleos, genera gran cantidad de dinero y crea imagen de país.

-Conoce bien a Amancio Ortega, sobre el que ha escrito un libro ¿Cómo es el dueño del imperio Inditex?

-Una gran persona... Es humilde, sencillo, muy amigo de sus amigos, muy noble y un número uno mundial.

«Me atrae muchísimo esta fusión entre la montaña y el mar de Asturias y sus bosques, que son un regalo de Dios»

«De muy pequeña vine con toda mi familia a Covadonga y fue de esos viajes infantiles que se te quedan grabados»

«Presumo de mi nombre y he luchado para que no me llamen más que Covadonga. La gente, con mi apellido irlandés, pensaba que era un seudónimo»