Lugones (Siero),

Franco TORRE

La obra del tanatorio de Lugones ha empezado con muy mal pie. Un número desconocido de asaltantes se coló anteanoche en la parcela de El Cabroncín, donde se ejecutarán las instalaciones funerarias, y trató de sabotear el inicio de los trabajos, que ejecuta la constructora Los Álamos, prendiendo fuego a una caseta de obra y a una pala excavadora. Aunque las obras pudieron comenzar con relativa normalidad, el sabotaje, que ya ha sido denunciado ante la Policía Nacional, ha supuesto importantes daños a la empresa, que cifra en unos 4.000 euros sólo los desperfectos ocasionados en la oruga de la pala.

La obra del tanatorio ya venía caliente. Durante todo el proceso de tramitación del expediente, el PP y el PSOE se enfrentaron en diversas ocasiones a cuenta de la instalación, que fue impulsada por Conceyu cuando era socio de gobierno de los socialistas. Durante el mandato de Juan José Corrales, el PSOE defendió la obra a capa y espada frente a los ataques del PP, a los que se sumaron las quejas de algunos vecinos. Tras la dimisión de Corrales y el ascenso del popular José Antonio Noval a la Alcaldía de Siero, las tornas se cambiaron y el PP pasó a convertirse en un cerrado defensor de la obra, mientras que el PSOE se erigió en su principal azote.

Pese a todo, la tramitación se completó y la empresa que gestionará el tanatorio, Funerarias Reunidas, siguió adelante con un proyecto muy demandado en Lugones desde hace varios años. Para tranquilizar a los vecinos cercanos, que incluso trataron de parar la obra por vía judicial, la funeraria hizo una presentación de las instalaciones y descartó la instalación de un horno incinerador, que era el temor principal de los afectados.

Pese a todo, la crispación de algunos vecinos con el proyecto no ha disminuido. Hace algunos meses ya se atentó contra un cartel anunciador de la obra situado en la propia parcela de El Cabroncín, que fue embadurnado con pintura. No obstante, ese ataque no fue nada comparado con el sufrido en la madrugada de ayer.

El miércoles, los operarios de Los Álamos estuvieron depositando el material en la parcela, con objeto de iniciar ayer los trabajos. Por la noche dejaron la parcela cerrada, pero al retornar en la mañana de ayer se encontraron con una caseta quemada por el techo y dos de sus lados y con una pala excavadora a la que también se había quemado su oruga. Además, los operarios localizaron dos garrafas en las que los atacantes habrían llevado supuestamente un acelerante, que parecía estar compuesto por una mezcla de aceite y gasolina, para quemar las instalaciones.

Pese al ataque, las obras pudieron iniciarse con relativa normalidad, aunque el encargado perdió la mañana interponiendo la denuncia ante la Policía Nacional, que incluso desplazó hasta la obra una dotación de su división científica para tomar muestras. Ahora, la empresa estudia qué medidas tomar para aumentar la seguridad durante el curso de la obra.