Un ejemplo de la regeneración del teatro costumbrista asturiano: el grupo «Refaxu», de San Martín del Rey Aurelio, estrenó el pasado sábado en el Prendes la obra «Clandestines», de Cristina Muñiz, una de las autoras que están innovando en el costumbrismo teatral con temas que se alejan de los habituales.

Muñiz acertó en el texto como lo hizo, en general, el elenco de actrices que actuó en esta nueva propuesta del grupo de Blimea.

Algo se tendrá que hacer con las cuadras de Asturias que se quedaron sin ganado por la modernización y la crisis del campo asturiano. Así empieza la obra de Muñiz. En los pueblos no hay trabajo, los paisanos vendieron el ganado y hace falta dinero para vivir. Pero, ante la crisis, triunfan las buenas ideas y las mujeres del pueblo se resisten a ver pasar el tiempo sin un euro. Por eso se reúnen en una cuadra, sin animales como tantas, para desarrollar un proyecto empresarial en la clandestinidad.

Son teleoperadoras, utilizan las nuevas tecnologías y venden conversación y casi todo tipo de servicios. Una línea telefónica que denominan «mujeres calientes», otra que da charla a abuelos solitarios y, luego, la «tele sidra», «tele botellón», «tele corazón», «tele tarot» e, incluso, una «tele huerta», con servicio a domicilio «a todo trapo y en carretillo». Humor en una obra entretenida, que pone el acento a temas de actualidad, que divierte y que convence al espectador.

Una puesta en escena diferente a la habitual, con unas interpretaciones en las que sobresalen Pili Barrañeda, que ya consiguió un premio «Aurora» en 2006n e Isabel Coto.

«Refaxu» comenzó su carrera el 21 de abril de 1995, con el nombre de «Grupo de Teatro Ames de Casa de Blimea» y con el estreno de «El gallu de la quintana» en el centro social de Blimea, con una excelente acogida. La compañía está dirigida por Aurora Sánchez, que también logró un «Aurora» en 2006.