La administración de Minas La Encarnada quedó en manos de Gregorio Vigil- Escalera y Crespo y de su hijo Ramón Vigil-Escalera y Bros. En este mismo establecimiento de Pola de Siero representaba a navieros y consignatarios de buques, especialmente los que se dedicaban a transportar a los emigrantes a La Habana. Los barcos propios ostentaban, en sus chimeneas, el anagrama de una V entrelazada en una Escalera de los Vigil-Escalera y la mayor parte eran de transporte mixto de mercancía y pasaje. Fue famoso el vapor llamado «Gaviota» de los Vigil-Escalera que hacía cabotaje en Gijón con destinos como El Ferrol, Puentedeume, Bilbao, San Sebastián y Burdeos. El «Gaviota» era un barco inglés de 320 Tm. botado en 1899 y que estuvo en servicio, para los Vigil-Escalera, desde 1921 hasta 1935. Así mismo tenían en propiedad el vapor «María Teresa», de 110 Tm.

La actividad comercial con la aceptación de depósitos de dinero y el otorgamiento de préstamos, en una zona de tanta vida comercial, hace que sus operaciones se extiendan a Oviedo, Barcelona y Madrid en lo que ya es una actividad bancaria completa y que con el paso de los años, en 1953, acabará siendo el Banco de Siero, que siempre identificó a la Pola de Siero con la familia Vigil-Escalera.

También durante este período los giros procedentes de América experimentaron un importante incremento. Podían ser realizados y pagados a través de cualquier establecimiento comercial. Algunas de las primeras casas de banca se fueron transformando en bancos. Este fue el caso de Gregorio Vigil-Escalera, (Banco de Siero) y de otras firmas como Pedro Masaveu y Cía, Herrero y Cía. (Banco Herrero), Francisco Zaldívar, Florencio Rodríguez, (Banco de Gijón y promotor y primer consejero del Banco Hispano Americano). Gregorio Vigil-Escalera y Crespo perteneció al Consejo de Administración de Ferrocarriles Económicos y fue alcalde de Siero.

A partir de 1880, y hasta su fallecimiento en 1925, se usa la firma comercial de Viuda de Escalera e hijos. A partir de esa fecha se formaran dos sociedades: Herederos de Gregorio Vigil-Escalera y esposa, S.L. (Sección comercial) y Herederos de Gregorio Vigil-Escalera y esposa, S.R.C. (Banquero), que más tarde se convertiría en Sociedad Anónima Banco de Siero. En 1884 comienzan las transacciones con la sucursal en Oviedo del Banco de España pasando a ser corresponsal en la Pola de Siero y a continuación lo mismo con Madrid. En 1892 la mitad de las operaciones bancarias se realizaban como corresponsales del banco de España en Madrid.

Estas familias representaban entonces la nueva clase social en las que se mudaban hidalguías por nuevas burguesías. Se unieron con otras familias representativas de la sociedad asturiana de la época y así hoy encontramos descendientes en los que se entremezclan hasta el paroxismo los apellidos. Los descendientes de los 32 hijos de Ramón Phelipe Vigil-Escalera y Martínez se unirán con reconocidas familias Asturianas como los Caicoya, Ceñal, Castañón, Cienfuegos-Jovellanos, Valdés-Hevia, Bovio, Navia-Osorio, García-Conde, Fernández-Campa, Noriega de Llanos, Solís, Muñiz, Alvargonzález, García- Bernardo, Cueto-Felgueroso, Vallespín, e incluso con otros miembros de la propia familia Vigil-Escalera o Escalera como los descendientes del hermano de Ramón Phelipe, Francisco, encontrándose familias que reúnen entre ellos el Escalera y el Vigil-Escalera e incluso hasta tres veces el Vigil-Escalera. Algunas ramas de los Vigil-Escalera, por historias que más bien son ya leyendas, prescindieron del Vigil y son los actuales Escalera, si bien todos son, en realidad, Vigil-Escalera.

Los Escalera y los Vigil-Escalera también emigraron, por diversas razones y causas, y hoy tenemos familias Vigil-Escalera en diferentes provincias españolas y dos núcleos importantes de descendientes en México y en Venezuela. De la colonia mexicana de los Escalera y Vigil-Escalera aún hay mucho que escribir pues fueron notables las actividades comerciales e industriales en sus sociedades de adopción. Es curioso resaltar que los descendientes de la familia Escalera, residentes en Venezuela, casi todos ellos ejercieron las carreras de Contaduría, al igual que sus ancestros que trabajaron las mismas materias en el Ministerio de Hacienda Español y ya se cuentan más de seis generaciones seguidas dedicadas a Contaduría y las Finanzas Públicas. No había en todo ese tiempo, en Pola de Siero, actividad que no estuviese ligada a estas familias. Desconocido, o interesadamente desconocido, fue el patronazgo que la familia Vigil-Escalera tuvo para la fundación, junto con Florencio Rodríguez, del asilo de ancianos de la Pola de Siero o los aportes para las edificaciones o conservaciones de los patrimonios religiosos y civiles en la comarca polesa.

De todas estas glorias y de todos estos fastos, de toda la riqueza que la familia Vigil-Escalera aportó al concejo de Siero, de todos los nombres ilustres que aportaron su nombre a las artes, a las letras, al comercio y a la industria, a la banca, la minería, a la Administración pública, nacional o local, sólo quedan los recuerdos en las familias. Es tal la incuria que la mayor parte de las biografías familiares que estamos reconstruyendo, y escribiendo, provienen de la tradición oral, si bien depurándolas al máximo posible de mitos y leyendas. Mucho debe haber en los archivos familiares que no ha visto la luz, por eso, actos de reafirmación y de reencuentro familiar, como el de Meres del pasado domingo, sirven para que cada una de las familias aporten al acerbo común tanto sus tradiciones orales como los muchos y desvaídos papeles que deben reposar en olvidados cajones.

Sevilla rindió merecido recuerdo al artista Manuel Vigil-Escalera y Díaz, genial ceramista, con una calle con su nombre, la villa Condal de Noreña le puso Regino Escalera a una de sus más céntricas calles en recuerdo del alto funcionario y escritor reconocido. Estos pueblos recuerdan a sus próceres y tratan de no olvidar su herencia histórica. Pola de Siero les debe una cosa mínima a las familias Escalera y Vigil-Escalera, les debe el recuerdo, solamente eso, recordar, porque, como bien decía la canción, «recordar es vivir». Hay muchos ejemplos de vida ejemplar, no solo familiar sino social y comunitaria, en estos siglos de historia ligada a estas familias. Pola de Siero le debe a las familias Escalera y Vigil-Escalera al menos una placa donde solamente consten los nombres de las familias que hicieron parte de lo que es Pola de Siero entre los siglos XVIII al XXI. La historia escribirá lo que esos apellidos llevan ligado y de los curiosos lectores solo dependerá, sacar las lecciones de vida de quienes nos han preterido.

Pola de Siero está en deuda con los Escalera y los Vigil-Escalera.