Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La Mancomunidad del Cabo Peñas, que integran los ayuntamientos de Carreño y Gozón, está más en entredicho que nunca. A las dudas sobre su futuro planteadas en la reciente constitución de las coporaciones, se suma ahora la inestabilidad económica que provoca la deuda que mantiene el Ayuntamiento de Gozón con el ente, ya que no paga su parte desde el pasado mes de enero e incluso adeuda aportaciones de 2009 y de 2010.

Cada ayuntamiento debe pagar a la Mancomunidad 400.000 euros al año, pero el de Gozón debe, a día de hoy, 273.866. La situación se ve con preocupación a ambos lados del río Pielgo (el curso que separa ambos municipios). Carreño, de forma interna, ya avisa de que «los sueldos de los trabajadores para el próximo mes están en peligro si Gozón no mete dinero en caja».

No es la primera vez que los sueldos de los trabajadores de la Mancomunidad del Cabo Peñas están en el aire. Ya ocurrió en junio de 2007, cuando el regidor de Carreño, el socialista Ángel Riego, anunció que había tenido que adelantar dinero de las arcas municipales para pagar el IRPF del personal. Además, entonces se hizo pública una deuda de 127.400 euros por parte del Ayuntamiento de Gozón en la Comisión de Servicios Generales y Régimen Interior de la Mancomunidad del Cabo Peñas.

Ahora, la deuda es superior al doble, de 273.866 euros, que han dejado la caja del ente supramunicipal a cero.

«La situación es difícil, lo sabemos», admitía ayer, en su segundo día de trabajo como vocal delegado de la Mancomunidad, el concejal gozoniego de Izquierda Unida, Ceéar Fidalgo. Su grupo ya presionó en los anteriores mandatos para que el gobierno gozoniego del PP hiciese frente a los pagos.

Fidalgo ha señalado que, «de momento, me estoy entrevistando con los jefes de servicio de la Mancomunidad y, especialmente, con Intervención para realizar un análisis de la situación en que se encuentra la institución».

El vocal delegado clarificó los pasos que se darán en los próximos días. «Primero, haremos un análisis de la situación; luego convocaremos a los grupos para las comisiones y el tercer paso será actuar», explicó, si bien reconoce que el futuro de la Mancomunidad pasa por una reestructuración. «La mayoría de los grupos políticos opina que la institución debe reestructurarse y hasta ahora se ha hablado hasta de modificar los estatutos».

La siguiente reunión entre las dos corporaciones se producirá mañana, jueves, con la constitución de las comisiones, pero, de momento, ya están claros los agujeros que hay que tapar.

De los 273.866 euros que debe el Ayuntamiento de Gozón, la mayor parte corresponde a las aportaciones regulares para gastos generales desde enero hasta agosto de 2011. Además, todavía adeuda aportaciones correspondientes a los ejercicios de 2009 y de 2010, en lo concerniente a la oficina de Turismo y a la limpieza de las instalaciones de Peroño.

La polémica por la inestabilidad financiera de la institución que agrupa a los dos concejos del Cabo Peñas está servida. Gozón aboga por rebajar las pretensiones de la Mancomunidad, evitar la duplicidad de servicios y recortar gastos, mientras que Carreño defiende unas condiciones similares a las que actualmente rigen este órgano.