Pola de Siero,

F. TORRE

Siero despedirá esta tarde a uno de sus empresarios más ilustres: José Luis Barril Prida, propietario de Toldos Barry, un referente en el sector a escala nacional. El funeral por Barril, que falleció este miércoles en Oviedo tras una larga enfermedad, a los 68 años de edad, se celebrará en la iglesia parroquial de San Pedro de Pola de Siero, a partir de las 17,00 horas.

La trayectoria de Barril está marcada por el trabajo continuado y por su carácter emprendedor. Pese a ser natural de Arboleya, en el concejo de Cabranes, la biografía de Barril estará siempre ligada al concejo sierense, donde en 1971 fundó su empresa, bautizada como Barry en alusión al apelativo cariñoso que sus allegados daban al industrial.

«Como empresario era un referente, una persona seria y responsable. Y, como persona, un diez», apunta otra empresaria sierense, Loli Prendes, cuya familia tenía una gran amistad con el fallecido. «Tiene una empresa de las de toda la vida y la llevaba de maravilla», añade Prendes. En su juventud, antes de fundar la empresa que le daría fama, Barril se había hecho un nombre sobre los escenarios, al otro lado del Atlántico. Lo recuerda Juan José Domínguez, cronista oficial de Siero: «A Barry lo conocí en la Pola, pero lo vi actuando como cantante en la República Dominicana, hará cosa de 45 años. Lo presentaban en la televisión de allí como "José Luis de España"».

Domínguez también reseña que Barril fue buzo profesional durante algún tiempo y destaca su talento como actor, que dejó entrever en algunas funciones benéficas: «Trabajamos juntos en una obra de teatro, escrita por Pepín Domínguez, en la que él bordaba su personaje, un sastre, que parecía que le habían escrito a medida». El cronista reivindica, además, la talla humana del difunto, «que era aún mayor que la empresarial», y evoca con cariño el pregón que dio Barry en las fiestas del Carmín de 2007: «Fue uno de los mejores que yo oí, sino el mejor», asegura.

Curiosamente, esa impresión sobre el pregón de Barril es compartida por muchos polesos. El presidente de la Sociedad de Festejos, Manuel Freige, aún recuerda la emoción del empresario cuando se lo propuso: «Se lo dije en Los Pepitas. Fui allí a comer con un amigo y en una mesa cercana estaban él y la mujer. Pensé que podría ser un buen pregonero y se lo dije allí mismo. Y él empezó a llorar».

Freige, que ya tenía una buena amistad con Barril, reforzó sus lazos con él durante esas jornadas, en las que, además, el empresario se destapó como orador. En su pregón, Barry había dibujado un «Carmín celestial» en el que los personajes más ilustres de la historia de la Pola se daban cita para celebrar las fiestas de su pueblo. «Creo que de los pregones que yo conocí, este fue uno de los mejores, y de los que más gustó», resalta Freige, quien apunta que, tras su muerte, «El Carmín celestial del que hablaba Barry en su pregón, por desgracia, ya está completo».