Los gestores culturales asturianos, tanto políticos como patronos de diversas instituciones, fundaciones y megacentros culturales, deberían darse un paseo por Candás, concretamente, por el cine Prendes. Ese debate esteril en el que los reduccionistas llevan a dividir la cultura entre las madreñas y los gafapasta se ha superado hace décadas en la capital de Carreño. En el cine Prendes de Candás, el Centro Cultural Teatro Prendes de nombre oficial, se pueden dejar las madreñas a la puerta para ver la retransmisión en directo de una ópera desde el teatro Campoamor de Oviedo, para asistir a una de las proyecciones del Festival Internacional de Cine de Gijón o para ver cine clásico en versión original. La otra opción es no olvidarse de las gafas de pasta para disfrutar de «Con alpargates y orbayando», por poner un ejemplo de la cantidad de títulos que año tras año se representan dentro del mejor salón de teatro costumbrista asturiano que hay en Asturias, también en versión original, pero en este caso sin subtítulos. Y, oiga, el Prendes siempre se llena, así que sospecho que hay público que no distingue y le gustan las dos cosas, y yo no los llamaría incultos precisamente, sino personas muy inteligentes que saben disfrutar y no miran con qué.