Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

No solo los cocineros famosos o cuyos restaurantes aparecen en guías gastronómicas reciben reconocimiento. Ayer, en Candás, durante la presentación de las séptimas jornadas de la caldereta candasina, los hosteleros de Carreño homenajearon a la veterana cocinera del bar Brisas Candasinas, Rosa Fernández Fernández, por una vida de trabajo detrás de los fogones.

«Este reconocimiento es personal para muchos, además de por lo profesional, por lo afectivo», reconocía ayer un portavoz de la asociación carreñense de hostelería, Pedro González Izaguirre. «Rosa es una persona bondadosa, paciente en la vida y en la cocina», añadía, recordando su propia juventud en el barrio Santarúa y las meriendas que se llevaron todos los de su edad a la boca gracias a la bonhomía de la homenajeada. Una persona que, además de esos adjetivos, se atavió ayer de humildad: «Yo no soy cocinera, soy una remendona», aseguraba emocionada ante el cariño mostrado por sus compañeros.

«Fritos de riñón, calamares y arroz con marisco han sido los platos con los que Rosa Fernández ha marcado una época en Candás», sentenciaba González Izaguirre en un acto celebrado en el restaurante La Fonte de la villa marinera, y que sirvió de presentación de las séptimas jornadas de la caldereta, que se celebrarán desde el próximo viernes, 2 de diciembre, y hasta el día 11. Una docena de restauradores ofrecerán este menú típico candasín, al precio de 40 euros por persona.

«Si algo define a Candás en el ámbito gastronómico es la caldereta», precisó durante la presentación el alcalde de Carreño, Ángel Riego, para añadir que hay algo familiar también en la manera en que se sirve: «La gente siempre marcha muy contenta de la comida, pero también del trato recibido en la villa». Una oportunidad para degustar un plato conformado por pescado, pero también marisco, a diferencia de la caldereta de Luanco.