Villabre (Yernes y Tameza),

Lorena VALDÉS

En Yernes y Tameza se rifan las linternas. Desde que el Ayuntamiento decidiese a principios de año, como medida de ahorro energético, apagar el alumbrado público de todo el concejo entre las once y media de la noche y las seis y media de la madrugada, los vecinos aseguran que no ganan para pilas. Debido al apagón, los afectados evitan salir a la calle en cuanto oscurece, salvo que tengan alguna urgencia, como atender el parto de una de sus vacas. Y es que como dice Pilar López, una de las vecinas más mayores del pueblo de Villabre, «la oscuridad no le gusta a nadie».

Reunidos junto a la Casa Consistorial como una piña casi en una imagen insólita, teniendo en cuenta que Yernes y Tameza es el concejo más despoblado de Asturias, los vecinos miran de reojo indignados el humo que sale de la chimenea del edificio municipal. «¿Qué clase de ahorro es éste? A nosotros se nos corta la luz y los políticos dejan encendida la calefacción todo el fin de semana para que cuando lleguen el lunes tengan los despachos calientes», argumentan.

Los afectados advierten de que el recorte en el suministro eléctrico ha tenido ya sus primeras consecuencias. «Ya hubo varias caídas y robos en una obra de Villabre y esto es sólo el principio. Las personas mayores tienen miedo a salir a la calle y no es de extrañar, porque muchas viven solas. Además, los niños tienen que ir con linternas a coger el transporte escolar y los cazadores también están desesperados con esta situación», explican. Desde que están a dos velas, los de Yernes y Tameza temen hasta quedarse sin huevos caseros.

«Al no haber luz, los jabalíes y los zorros no tienen miedo a acercarse al pueblo y al paso que vamos terminaremos sin gallinas», sentencian los vecinos, que rezan por que sus vacas se pongan de parto de día. «Hay cuadras que están lejos de las casas y eso supone tener que salir igual dos o tres veces a lo largo de la noche sin luz para atender al animal hasta que pare», afirman.

Los vecinos lamentan que el equipo de gobierno, presidido por el popular José Ramón Fernández, «no haya tenido en cuenta su opinión antes de tomar esta medida» y se preguntan «a dónde va a parar el suministro de las placas solares instaladas en el pueblo de Fojó». Y añaden: «Hace poco nos subieron los impuestos; pagamos más pero tenemos menos servicios».

En Yernes y Tameza están dispuestos a hacerse oír para que las luces vuelvan a encenderse por las noches. «Si hace falta, convocaremos una manifestación frente al Ayuntamiento y tocaremos el cencerro para que nos hagan caso», adelantan los vecinos, cansados «de dar viajes a Grado para comprar pilas. El problema es que la mayoría de los concejales del Ayuntamiento no vive aquí; si no, otro gallo cantaría».

Hasta que se haga la luz, los afectados han decidido llamar a Yernes y Tameza el «concejo oscuro».