Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Emilia Sánchez Fernández o más bien «Milia, la del estanco» falleció el pasado sábado, a los 91 años de edad. A pesar de no haberse casado ni tenido hijos, el funeral celebrado ayer en Candás reunió a numerosos vecinos, atraídos por el recuerdo de una mujer muy conocida en la villa tras regentar un estanco de la calle Ramón y Cajal durante casi medio siglo.

La estanquera llegó a la capital de Carreño a mediados de los años treinta, procedente de su Mieres natal. Su actividad al frente del puesto de tabaco no comenzaría, no obstante, hasta que cumplió la treintena. «Estuvo al frente del negocio durante unos 45 años, hasta que cumplió los 75 o 76», recuerdan hoy los propietarios del negocio, ya trasladado a la cercana calle Valdés Pumarino. «A la llegada de la primitiva fue cuando Milia decidió dejar el estanco», recuerdan quienes son sus familiares más cercanos.

Durante el casi medio siglo que Emilia Sánchez Fernández se mantuvo al frente del estanco fueron muchas las anécdotas y entrañables curiosidades que rodearon el popular negocio. Como recuerdan sus familiares, «se trataba de una tienda casa, así que era común verla salir de la trastienda de cortar cebolla o pelar patatas para atender la venta de tabaco». Otra de las señas de identidad del estanco de Milia eran los dos gatos siameses que defendían el negocio, ya que era común «tener que sortear los animales o apartarlos para poder coger la cajetilla de tabaco».

Emilia Sánchez Fernández fue conocida también por su participación en actividades religiosas, principalmente con el párroco don Valeriano González, con quien realizó numerosos viajes por Europa. La estanquera falleció el sábado, y, al no realizarse funerales en la iglesia de San Félix de Candás, el oficio fue trasladado a ayer. El domingo, el cadáver ya recibió sepultura.