Pravia, Sara ARIAS

«Educar a un niño es como sostener en la mano una pastilla de jabón. Si aprietas mucho sale disparada, si la sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme la mantiene sujeta». Así resumió ayer en Pravia Azucena Pérez, educadora social, la línea general del programa de orientación educativa familiar «Parentalidad Positiva», de Raquel Amaya de la Universidad de Oviedo. El programa trabaja con las familias de menores que cursen la ESO para asesorarles en la prevención de conflictos y ayudarles en la adquisición de herramientas para educar a los hijos. «No se trata de dar charlas a los padres, sino que es un trabajo y un aprendizaje que se realiza entre todos», afirmó Pérez.

Los talleres ayudarán a que los padres comprendan los diferentes problemas que se presentan en cada edad. También les enseña a que se comuniquen de forma positiva, para que los mensajes calen en los menores. «Hay que desterrar las formas de antes que sólo mantienen la lucha», explicó Pérez. Y a través del método de exploración de alternativas les mostrarán cómo llegar a acuerdos. Siempre manteniendo la disciplina, «no la férrea de soldados espartanos, sino como proceso de aprendizaje», matizó Pérez.

Durante la presentación estuvieron la concejala de Cultura, Valle Iturrate, Carlos Becedóniz, del Observatorio de la Infancia y la Adolescencia, y la psicóloga Carmen Menéndez.