San Martín (Teverga),

L. VALDÉS

El alcalde de Teverga, Belarmino Álvarez, considera que el hecho de que el concejo se haya quedado excluido del plan puesto en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente y el Principado para la reparación de las zonas más deterioradas de la Senda del Oso se debe «a un claro error del proyecto». El regidor socialista apunta que el problema es que «se ha dejado fuera un tramo original de la senda como es el que discurre entre las localidades teverganas de Caranga y Entrago y, por el contrario, se ha incluido el que une Fuso de la Reina y Tuñón, en Santo Adriano, que no está incluido en la ruta primitiva.

El Alcalde lamenta que no se haya contado con Teverga en una actuación por la que han peleado tanto desde hace años todos los alcaldes de la Mancomunidad de los Valles del Oso. El plan de choque al deterioro de una de las sendas más visitadas de Asturias, con un presupuesto que ronda los 250.000 euros, se desarrolla en tramos, ejecutados por iniciativa del Gobierno central, los cuales discurren por los concejos de Santo Adriano, Proaza y Quirós. Las obras se centran en la renovación de las barandillas que están rotas, así como en la construcción de escolleras y en el arreglo de los puentes de madera que cruzan el río Trubia.

El Ayuntamiento de Teverga ya ha tomado cartas en el asunto y su alcalde asegura que ya han transmitido tanto a la mancomunidad como al Principado su demanda para que este error se subsane y el tramo tevergano se repare lo antes posible. «Desde la Dirección General de Recursos Naturales nos han confirmado que se ejecutará la reparación, pero aún no hay plazos; nosotros confiamos en que sea este mismo año dada la urgencia por el estado de la vía», dijo.

El alcalde de Teverga hace hincapié en la peligrosidad de la senda debido a su lamentable deterioro. «En este tramo de nueve kilómetros entre Caranga y Entrago ya ocurrieron varios accidentes, por lo que es obvio la necesidad de tomar medidas para garantizar la seguridad de los visitantes», concluye Álvarez.

Baches, argayos, falta de iluminación, maleza... Son sólo algunos de los ejemplos de los desperfectos que deja al descubierto una ruta que carece de un plan de mantenimiento específico.