En relación con la polémica sobre si Noreña está o no en el Camino de Santiago, debe tenerse en cuenta, en primer lugar, que no hubo un solo camino, sino multitud de caminos, e incluso que cada peregrino trazó su propio camino. Como escribe Lacarra en «Las peregrinaciones a Santiago de Compostela», obra fundamental sobre el movimiento jacobeo: «Si, como es dicho vulgar, por todas partes se va a Roma, también podría decirse que por todas partes se podía ir a Santiago».

Ahora bien, para que exista un camino de las características del de Santiago, es imprescindible señalar un itinerario y unas etapas. Aunque no existe un solo camino, sino cuando menos dos principales, con punto de partida en Oviedo, el «primer camino», que fue el seguido por Alfonso II el Casto, el primer peregrino a Santiago, es el más prestigioso por su historia y antigüedad. Un tercer camino continúa por Oviedo hacia Occidente, el de los peregrinos franceses que se desviaban en León hacia el Norte para «visitar al Señor antes de postrarse ante el Criado». Sin contar, naturalmente, el Camino Francés, el más internacional y concurrido, y el de mayor atractivo histórico, literario y artístico, señalado por el Codex Calixtinus, y que deja Asturias al margen.

Noreña, al encontrarse al este de Oviedo, aunque muy próxima a la ciudad, queda fuera, evidentemente, de las tres grandes rutas de peregrinación. Pero no de la ruta de los peregrinos que entrando por Irún seguían la Ruta de la Costa, a no ser que se prescinda de esa ruta, que no es el caso. Si se omite Noreña de la Ruta del Norte, también habría que renunciar a San Sebastián, Bilbao, Santander, Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, etcétera, y no cito localidades asturianas por no herir susceptibilidades.

Noreña era una localidad con demasiada importancia eclesiástica desde la Edad Media para que la peregrinación pasara de largo. Y tenemos un dato muy significativo que certifica la continuidad del Camino a través de las iglesias santiaguistas, bajo la advocación de San Martín, de Vega de Poja, San Martín de la Carrera, la iglesia perdida de El Berrón, y el muy interesante templo de San Martín de Argüelles. Uría apunta que la presencia del santo obispo de Tours en estos templos «revela su antigüedad». Desde San Martín de la Carrera la antigua vía continuaba hasta Noreña, «del señorío del prelado ovetense», según recuerda Uría.

Otra cuestión es que la burocracia haya olvidado a Noreña como etapa del Camino de Santiago. Esto resulta molesto y les parece injusto a los noreñenses. Es natural. Pero deben tener en cuenta que la «política cultural», y otros intereses, es decir, la burocracia, a menudo tienen poco que ver con la historia e incluso con la geografía. Así hemos visto divididas regiones y naciones por donde no deberían estarlo y cosas por el estilo. Y habitualmente incurren en el absurdo, como en este «ninguneamiento» de Noreña en la ruta a Santiago de Compostela.