Los empresarios temen que la ausencia de promoción turística afecte a sus negocios

Mariola MENÉNDEZ

Los empresarios turísticos de la Comarca de la Sidra alertan de la negativa repercusión que tendrá en sus negocios la drástica reducción de la ayuda regional a la Mancomunidad para la promoción turística, que ha desembocado en un expediente de regulación de empleo (ERE) que ha dejado sin actividad estos servicios y ha cerrado los centros de recepción de visitantes.

«Me parece una auténtica catástrofe desde el punto de vista de la promoción turística. Estaba funcionando bien y realizando una labor importante. La Comarca de la Sidra es un referente nacional y el ERE es el principio del fin», sentencia José Enrique Fernández, quien, además de regentar la casa rural La Llavona, en Cabranes, fue patrono de la Fundación de Turismo. Sostiene que es un sector que depende de la promoción y cree que, si ésta desaparece, terminarán perdiendo visitantes. Fernández apunta que el cierre de las oficinas de turismo dará una «imagen catastrófica».

Marcos Álvarez y Mónica Franco, del hotel rural Fuensanta, en Piloñeta (Nava), se preguntan: «¿quién editará ahora los folletos, rutas y mapas que hasta ahora hacía la Mancomunidad?», pues sostienen que «los ayuntamientos no tienen presupuesto para costearlos y tampoco habrá innovación». Tratan de hacer acopio de panfletos y asumen que, a partir de ahora, deberán ejercer ellos de informadores turísticos. Álvarez cree que con la centralización de la promoción que plantea el Principado se «despersonaliza mucho el producto».

Margarita Cueto, de la casa rural «La Ballina», en Valbuena (Cabranes), también lamenta la situación y advierte de que la web de la Mancomunidad es una herramienta útil para atraer clientes. Cueto destaca, además, la labor de información y apoyo al sector que la Fundación de Turismo venía realizando. Carmen Uribesalazar, de la casa rural El Pedrueco (Nava), manifiesta que «el trabajo desarrollado ha sido fundamental para crear la Comarca de la Sidra como destino turístico» y Puri Villanueva, de la casa rural El Balagar, de Bimenes, vaticina que el cierre de las oficinas y la falta de promoción les dañará ahora que el sector pasa por horas bajas, aquejado por la crisis.