Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

El hasta ayer alcalde de Siero, Guillermo Martínez, comenzó su intervención defendiendo su gestión, banderas como la participación, la transparencia, el equilibrio entre parroquias y otras iniciativas que el PSOE puso en marcha a lo largo de estos pocos meses que los firmantes de la moción le dejaron gobernar, pero no tardó en demostrar que perder la Alcaldía no le hacía ninguna gracia, dejando caer algunas cargas de profundidad contra aquellos que le arrebataron el cargo. Acusó a Foro Asturias de usar «las instituciones como meros instrumentos de campaña política» y de «confundir partido y gobierno» y criticó el modo en que la oposición había llevado el asunto: «Nosotros no perdimos un solo día, pero otros tampoco lo hicieron. A los cuatro días de haber tomado posesión el nuevo equipo de gobierno recibíamos en nuestras casas una soflama pidiendo una moción de censura y dudando de la legitimidad democrática de la elección (...). Ustedes han presentado una moción de censura con la aritmética como único elemento de motivación. Lo ilógico es que no hubieran hecho esa misma suma el día 11 de junio. No se pueden utilizar las instituciones como campo de batalla de rencores e intereses personales».

Para el socialista, la moción de censura, «que es legítima en nuestro sistema democrático, es reprochable cuando hay personas que voluntariamente abandonan la disciplina de su partido, ignorando la voluntad de los electores que la han expresado a un partido, con listas cerradas y bloqueadas».

Ofreció su colaboración al nuevo alcalde y anunció que su grupo «jamás será desleal», para a continuación llegar al momento más acre del discurso, al afirmar que Los Trece no pueden «mantener la mirada a nuestros vecinos», mientras ve a su equipo de gobierno, «una vez más, con la cabeza bien alta y sin necesidad de escondernos de nadie».

Finalmente, tras advertir de que «no van a tener la suerte de que haya despedidas», se mostró agradecido con su familia, con su equipo de gobierno y con los funcionarios, vaticinó que «en el peor de los casos esto sólo será un alto en el camino» con la mirada en el horizonte de 2015, el más cercano que puede tener, donde confía que se valore «la gestión de unos y de otros».