Pañeda (Siero),

Manuel NOVAL MORO

La localidad de Pañeda Nueva ha hecho bueno el refrán que reza que «nunca es tarde si la dicha es buena» celebrando en las antiguas escuelas una fiesta de Antroxu bien entrada ya la Cuaresma que contó con numerosa participación. Es el cuarto año que se celebra y está claro que va a más, porque no sólo cuenta con más gente, sino que el porcentaje de disfrazados es mucho mayor.

Los niños disfrutaron de la fiesta organizada exclusivamente para ellos. Primero, con varios juegos en la cancha exterior y, más tarde, probándose como dibujantes en el interior. La recompensa a todo el esfuerzo, además de la propia diversión, fue un chocolate con bizcochos para todos.

A las once de la noche llegó el Antroxu de los adultos, que comenzaron a desfilar cuando el local estuvo bien lleno. Se inscribieron para el concurso veinte de los muchos disfrazados que habían acudido y el ganador fue Francisco Rato, un vecino de más de 80 años que acudió disfrazado de espantapájaros en paro por falta de maíz. Los siguientes premios fueron para un gallo, unas potas de tallarines y un grupo de Lacasitos. Todos ellos se llevaron regalos sustanciosos: el primero, una televisión, y los siguientes, respectivamente, una minicadena, un DVD portátil y un jamón. Entre los disfrazados había hasta un aeropuerto con viaje de novios, la famosa familia Alcántara, un escocés, un matrimonio de pingüinos, los Picapiedra y un largo etcétera. Además, se rifaron varios lotes de productos y la fiesta se alargó hasta altas horas.