Grado,

Lorena VALDÉS

Si los colectivos vecinales tienen que asumir los gastos corrientes de los centros sociales diseminados por la zona rural del concejo de Grado, éstos tendrán que cerrar sus puertas. Así lo afirman los presidentes de las asociaciones, que han firmado un documento conjunto solicitando al Ayuntamiento que siga pagando las facturas de luz, agua y calefacción, entre otras, como hacía hasta ahora.

La reivindicación de los vecinos tiene el apoyo de Izquierda Unida, que presentará una moción en el Pleno de este próximo martes para que el ejecutivo local, formado por PP, Aigras y Foro Asturias, revoque su decisión, tomada en junta de Gobierno, y el Ayuntamiento siga sufragando los gastos de los centros sociales.

Para el presidente de la Asociación de Vecinos de Vega de Anzo, Aquilino Caramés, «resulta contradictorio que, por un lado, se pretenda fijar población en los pueblos y, por otro, cada año las ayudas mengüen. El Ayuntamiento ya suprimió en 2011 las ayudas a las asociaciones y ahora quiere que, además, nos hagamos cargo de los gastos que generan los centros sociales donde desarrollamos nuestras actividades, algo inasumible. La gente de la zona rural siempre somos los perjudicados, no creo que a los vecinos de la villa, con la excusa de que no hay dinero, los pongan a barrer las calles», argumenta Caramés.

El presidente de la asociación de vecinos de Sorribas, Juan Antonio Rico, va más a allá y pronostica que, «al menos en nuestro caso, no nos quedará otra que cerrar el centro donde se reúnen cada día los mayores a jugar las cartas y a ver la tele, ya que asumir los gastos supondría un descalabro económico. Después de todo lo que hemos luchado porque se arreglaran las escuelas y ahora igual nos quedamos sin poder disfrutarlas», añade Rico.

Por su parte, Ana González Coto, presidenta de la asociación de vecinos Alfoz de Salcedo asegura que, «al contar con 390 socios, el colectivo podría asumir los gastos, pero a costa de sacrificar las numerosas actividades que organiza anualmente».

Lo mismo ocurre en Rubiano. La tesorera de la asociación cultural «San Lorenzo», Encarnación Fernández, tiene claro que, «si subimos la cuota a los socios para asumir los nuevos gastos, éstos se darán de baja y, con los ingresos que tenemos, poco se puede hacer».