Villabona (Llanera),

Lucas BLANCO

«El cine es una ventana al mundo que nos hace olvidar que estamos en la cárcel». Así de clara se muestra la reclusa Cristina Álvarez a la hora de explicar lo que supone para ella y sus compañeras cada una de las reproducciones que desde hace poco más de un año las directoras de cine Teresa Marcos y Ángeles Muñiz organizan con gran éxito para el disfrute de las internas del módulo 10 del centro penitenciario de Villabona.

El ciclo, financiado con el dinero obtenido por ambas directoras con un corto titulado «Módulo 10» que grabaron en la cárcel llanerense, contó ayer con la presencia del director Javier Maqua, quien presentó su película «Carne de Gallina» y participó en un coloquio sobre la misma con varias decenas de reclusas que, entremedias, no perdieron detalle de todos y cada uno de los 96 minutos de duración del filme durante su reproducción en la sala de televisión del módulo al que denominan «el rincón del cine».

Maqua consideró «un honor» que uno de sus largometrajes pudiera ser disfrutado por las reclusas y valoró positivamente para su tarea de director el hecho de visitar un módulo de mujeres.

«Estoy entusiasmado con la visita, pues una de las funciones del cine es contar lo que no se ve y yo, como director, ya podré contar algo que hasta ahora no había visto», señaló el cineasta antes de la presentación de su filme.

Durante la presentación de la película, Maqua se ganó rápidamente a las reclusas hablando sobre la dificultad de rodar una película en bable con actores de fuera de la región y logró arrancar una ovación de las asistentes al hacer un guiño a su amor por Asturias. «Nací en Madrid, pero soy asturiano porque me da la gana», sentenció el director.

Una vez terminado el pase de la película, las internas aprovecharon para realizar numerosas preguntas, a través de las cuales dejaron patente su interés por el cine. «Para mí esta actividad es una experiencia muy positiva porque me recuerda cuando iba al cine», declaró la reclusa Ana María García Hevia, mientras alguna de sus compañeras destacaba lo que disfruta con las proyecciones. «A muchas nos encanta porque nos vemos reflejadas en algunas películas y nos hacen reflexionar sobre nuestras vidas», sostiene la reclusa Cristina Álvarez.

Con la reproducción de ayer son ya cinco los largometrajes que las mujeres del módulo 10 han presenciado en su ciclo de cine con vínculos asturianos, para las cuales han contado en los coloquios con directores de la talla de Gonzalo Tapia, Tom Fernández, Mario Menéndez y Jose Antonio Quirós, además de Maqua, enriqueciendo así sus conocimientos sobre cine. De seguir así, estas reclusas cumplirán sus condenas siendo unas expertas cinéfilas.