Rañeces (Grado),

Sara ARIAS

Si no hay dinero público, hay ganas. Así lo demuestran los vecinos de Rañeces, en Grado, que todos los sábados desde noviembre llevan a cabo sextaferias para acometer reformas en el pueblo. Ya han desbrozado caminos, arreglado los muros de la iglesia y están preparando el terreno para poner césped. También han rescatado la antigua fuente del pueblo, de más de doscientos años, que estaba desmontada y abandonada. Además de volver a ponerla a funcionar, incorporarán una nueva modalidad de caño. El chorro dará vino en las fiestas y reuniones populares. El manantial ofrecerá tinto o blanco, según lo que pida la comida.

«Decidimos empezar a arreglar el pueblo porque queríamos presentarnos a "Pueblo ejemplar" del concejo», explica Francisco Álvarez, presidente de la Asociación Cultural y Recreativa «Cristo de Rañeces». Aunque parece que la distinción va a desaparecer, ya no les importa y seguirán todos los fines de semana reuniéndose para mejorar el pueblo.

No todo es trabajo, ya que cuando finaliza la jornada laboral, «unas veces a mediodía y otras por la tarde», se reúnen todos a comer. «Fomentamos la vecindad y además disfrutamos juntos», detalla Francisco Tamargo.

Además de las sextaferias en Rañeces, los integrantes de la asociación se reúnen hoy para plantear a todos los pueblos de la parroquia mediante votación que «al menos dos veces al año nos juntemos para mejorar lo que necesite cada sitio», propone el presidente. Porque en Rañeces todo se decide por mayoría, hasta el nombre de la nueva fuente entrará a debate.