Narciso Alonso Álvarez, vecino de Lugones, es cazador, pescador y conductor de autocross. Lo singular, en su caso, es que practica estos deportes con un solo brazo, el izquierdo. En 1995, perdió el brazo derecho en un accidente laboral, y tras un comprensible periodo de desconcierto, decidió que, lejos de encogerse, se haría más fuerte. Nunca había practicado la caza, y en 1997 se sacó la licencia tipo E, de escopeta. Pasó sin problema todas las pruebas y, desde entonces, ha sido un cazador habitual en cotos de Llanera, Grado, León o Navia. Asegura que no se le da mal.

Su carácter no le ha permitido arredrarse ante las dificultades. La última que ha tenido, y de la que por el momento ha salido airoso, ha sido de tipo legal. A principios del año pasado, solicitó una nueva licencia. Quería evolucionar en la práctica de la caza, con lo que inició los trámites para pedir la tipo D, de rifle. Y se encontró con que, a finales de año, la Delegación de Gobierno no sólo no le concedió la de rifle, sino que, al revisar su expediente, le revocó la de tipo E. Después de 14 años ya no podía cazar.

A principios de este año decidió recurrir por la via contencioso administrativa ante el Tribunal Superior de Justicia para recuperar la licencia. Y en un auto de marzo, el tribunal le da ya la razón al suspender de forma cautelar la revocación de la licencia.

Esta medida es fundamental, según explicó su abogado José Bembibre, porque le permitirá volver a cazar, y de lo contrario debería esperar a la resolución definitiva de la causa, que podría durar entre uno y dos años. El propio auto señala que si se permitiera que la revocación siguiera vigente en tanto no se resolviera el juicio, si finalmente se resolviera a favor de Narciso Alonso, este habría sufrido «daños morales».

El auto constata asimismo que el cazador padecía la minusvalía antes de que se le revocara la licencia sin que constara que hubiera tenido problemas con ello de ningún tipo. Bembibre destaca, especialmente, que el auto valora «la existencia de un humo de buen derecho en la pretensión del recurrente», es decir, que salta a la vista que su intención es seguir practicando la caza y no hay ninguna otra razón oculta.

Narciso Alonso dice respecto a la pérdida de su brazo que, «después de que te pase algo así, si tienes una mente positiva sales adelante; la superación personal es muy importante». Cuando ocurrió el accidente, aparte de su propio daño vio mucho sufrimiento a su alrededor, en su familia, y decidió que la mejor manera de que no estuvieran tristes era demostrarles que él no lo estaba. «Lo que haces es superarte día a día; hay que adaptarse, la vida es un aprendizaje».

Era diestro y perdió la mano derecha. Ahora lo hace todo con la zurda, pero ha llegado a un punto en que para él todo es normal: conduce, caza, pesca, anda en bicicleta y en moto, y aunque le lleva más tiempo hacer las cosas, las hace. Su abogado recurrió, incluso, en sus argumentos a la película «Hombres de honor», en la que un hombre pierde una pierna y, con una prótesis y su capacidad de superación, logra que lo reingresen en la marina.

«A la gente le choca mucho verme haciendo todas esas cosas, pero para mi, es normal», asegura. Tan ta normalidad llegó, incluso, a venirle mal en una ocasión. Solicitó una tarjeta de minusválido para aparcar y no se la concedieron.