Pola de Siero,

Franco TORRE

Día de emociones fuertes en la factoría de Central Lechera Asturiana en Granda (Siero). Los sindicatos tocaron a rebato por la mañana, convocando a los 750 trabajadores de la factoría a la huelga por el descenso de la producción, motivado por la deslocalización impulsada por la empresa para potenciar otras fábricas en Madrid y Lugo, que ha provocado un excedente de plantilla de 45 trabajadores. Pero por la tarde, tras una reunión de urgencia con el presidente de la compañía láctea, Bertino Velasco, el comité de empresa procedió a desconvocar el paro, que debía durar 24 horas e incluía una marcha a Oviedo, al lograr una vía de diálogo con la dirección de la empresa que, entienden, los puede ayudar a lograr sus objetivos.

La petición del comité de empresa, en el que hay representantes de UGT, CC OO y la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), además de independientes, se centra únicamente en mantener los niveles de producción de la fábrica sierense en niveles similares a los de 2010 y 2011. Una producción que se ha visto reducida, a juicio de los sindicatos, no por un descenso en la demanda, sino por la deslocalización iniciada en los últimos meses por la Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa).

La huelga, que había sido convocada por todos los sindicatos con representación en el comité de empresa de la factoría de Granda -UGT, CC OO, Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) e independientes-, fue anunciada ayer en un acto conjunto celebrado en la sede de UGT en Pola de Siero. Por parte de la propia Unión General de Trabajadores intervinieron Santiago Fernández y Jesús Fernández; por CC OO intervinieron Alberto Fanjul y José Corteguera y por los independientes, Joaquín Fernández.

Pero en paralelo otros representantes del comité mantenían una reunión con la dirección, que finalmente y tras la intervención personal del propio Velasco propició que se desconvocase la huelga, tras acceder los representantes de la compañía a «someter a reflexión las propuestas del comité de empresa», según rezaba un comunicado de Capsa.

Los miembros del comité de empresa dejaron claro que la motivación de la huelga es únicamente la defensa de la productividad de la factoría, que, a su juicio, es inferior al potencial actual de las instalaciones y de la plantilla y a la demanda real de los consumidores. De hecho, los sindicatos señalan que ya en diciembre la empresa les comunicó que había un excedente de 23 personas, a las que hay que añadir otras 22 procedentes de la fábrica cerrada en Villaviciosa.

Una situación que, a ojos de los sindicatos, se ve agravada por el hecho de que la de Granda sea la última de la corporación en territorio regional, cuando en torno al 70 por ciento del accionariado de Capsa es asturiano.