Candás, Gonzalo BENGOA

Daniel y Paloma Suárez, dos hermanos de Luanco, probaron este fin de semana la miel de Boal. «Es más dulce que las que habíamos comido otras veces», comentó el niño, que siguió dando un paseo con su familia por el mercado artesanal del peregrino de Candás, que se clausuró ayer en el parque Les Conserveres. «Aprovechamos el día para visitar estos puestos de artesanía, que nos gustan mucho», dijo Laura Alonso, la madre de los pequeños.

Al frente del puesto de Boal estuvo Miguel Vázquez, quien destacó las excelencias de la miel de este concejo del occidente asturiano, «muy suave y buena por ser de una zona de montaña y cercana al mar». Vázquez explicó que la suavidad de la miel responde a que «al haber más humedad, el néctar de las flores resulta más dulce».

El puesto de pan artesanal fue otro de los más visitados, pero el de embutidos de Sama de Langreo se llevó la palma. «Las ventas están yendo muy bien, entiendo que por la calidad de los productos», explicó Marcos Gómez, que se mostró «encantado con estos mercados que atraen la atención de vecinos y visitantes».

Mónica González e Isabel Artacho regentaron un puesto de accesorios y complementos artesanales. «Lo mejor de estos mercados es el buen rollo que hay entre todos y que se transmite a los que nos visitan», comentó Artacho. Junto a los puestos se organizaron talleres infantiles que animaron el mercado durante todo el fin de semana.