Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Carreño no sólo exporta artesanía, sino también tradición. Y es que una docena de artesanos procedentes de Irlanda del Norte, Turquía y Rumanía han dado buena cuenta de la forma de trabajo de los trabajadores tradicionales de Carreño durante una visita que ha tenido lugar a lo largo de la semana a Candás. En ella los extranjeros han podido visitar los talleres donde se imparten cursos de talla de madera, cuero, pintura o confección de mantas, y se han sorprendido especialmente con dos cosas. «Llama la atención la forma en que se preservan las tradiciones en la escena artesanal, y los recursos de los que los artesanos disponen a través de diferentes políticas culturales», según explicó la coordinadora del grupo internacional, Maureen Lawton.

La sorpresa con la forma en que las tradiciones locales se integran en la elaboración, por ejemplo, de mantas es tanta que los visitantes, entre los que había representantes de algunas cámaras de Comercio internacionales, como la de Tarso, en Turquía, o Bistrita Nasaud, en Rumanía, han seleccionado a una artesana candasina, María José Fernández, para que el próximo mes de junio lleve su producto y su metodología tradicional a una feria en Rumanía.

Y es que las cosas son diferentes en su país de origen, como destaca la concejala municipal de Cultura, Amelia Fernández, ya que «los irlandeses, por ejemplo, realizan una formación a otras personas, pero asumiendo unos riesgos, ya que no encuentran un apoyo de las administraciones para ello». De esta forma, turcos, irlandeses del Norte y rumanos se han mostrado muy interesados también en conocer la duración de los cursos de extensión cultural que el Ayuntamiento de Carreño patrocina todos los años de noviembre a marzo, y entre los que se encuentra el trabajo artesanal de diferentes materiales.

«Para los artesanos de Candás esta visita ha supuesto un reto, por contar su propia experiencia, y comprobar que lo que están haciendo en realidad no es muy diferente a lo de otros sitios», añadió Fernández.

La visita se ha enmarcado dentro de un proyecto europeo de apoyo al desarrollo de las zonas rurales, cuyo objetivo es el intercambio de buenas prácticas entre los artesanos, pero también familiarizarles sobre la propiedad intelectual de las creaciones. Entre las actividades se encuentra la creación de un vivero virtual que se podrá enlazar desde la página web municipal.