Pola de Siero,

Franco TORRE

El alcalde de Siero, el casquista Eduardo Martínez Llosa, ha planteado a los comerciantes la propuesta que baraja su equipo de gobierno para la plaza de abastos de Pola de Siero: un uso mixto que permita compaginar el retorno de los comerciantes al equipamiento, pero que a la vez no suponga gasto alguno para las arcas municipales. Una propuesta que no desagrada en principio a los propios comerciantes, que no obstante temen que el mantenimiento del equipamiento sea demasiado costoso para ellos.

El planteamiento del gobierno que lidera Llosa es en sí mismo la panacea que buscaron sin éxito los anteriores gobiernos de Siero. Para poderlo llevar a cabo el Consistorio deberá sortear un informe de la Consejería de Sanidad que descarta ese uso mixto.

Los 16 comerciantes que están interesados en ocupar un puesto en la plaza ven la opción con buenos ojos. «Nunca nos opusimos a un uso compartido», señalan desde el colectivo, aunque en ese supuesto entienden que no deberían ser ellos quienes cargasen con todo el peso económico del mantenimiento de la plaza de abastos, que temen pueda encarecer demasiado el precio por los puestos.

Asimismo, el equipo de gobierno entiende que en el equipamiento hay sitio de sobra para alternar ambos usos, aunque aún tienen que planificar cómo sería la ocupación del espacio y dónde irían ubicados los puestos. En caso de no poder completar ese modelo mixto, el ejecutivo local daría prioridad a los comerciantes, que en junio hará cuatro años que fueron desalojados de la plaza a causa de las obras de remodelación, aunque en este supuesto se mostrarían menos flexibles con la cuestión económica. En este segundo supuesto los comerciantes deberían barajar el precio propuesto por el Consistorio, y a partir de ahí tomar una decisión sobre su traslado o no a la plaza, aunque el abandono de alguno de los 16 podría encarecer el precio de los otros puestos.

En todo caso, el equipo de gobierno y los comerciantes han quedado en reunirse de nuevo en las próximas semanas, una vez que los técnicos municipales hayan completado un informe económico y de usos del equipamiento, que permita entablar una negociación en base a unas cifras sólidas.

El de la plaza de abastos es uno de los mayores problemas que ha de afrontar el Ayuntamiento de Siero en este mandato. La reforma del emblemático equipamiento supuso un gran gasto para las arcas municipales, lo que pone al Consistorio en la tesitura de tener que recuperar la mayor parte posible de la inversión, aunque eso podría suponer hacer inaccesible el precio de los puestos para los comerciantes.

Esta circunstancia ha lastrado las negociaciones entre ambas partes durante los últimos años. Mientras tanto, los comerciantes siguen ocupando un local provisional en la calle Marquesa de Canillejas, y la plaza se utiliza para albergar ferias y eventos varios.