Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

Un grupo de agricultores y ganaderos de San Martín de Anes y su entorno se reunió ayer con el alcalde de Siero, Eduardo Martínez Llosa, y el concejal de Participación Ciudadana, Valeriano Rodríguez, para poner de manifiesto su preocupación por los crecientes daños causados por el jabalí en sus explotaciones, con huertos destrozados, campos de pasto inutilizados y otros muchos contratiempos que se producen con demasiada frecuencia.

El problema está, como señalaba uno de los afectados, Higinio Blanco, en que «el jabalí bajó de su medio natural, la montaña, al entorno de sus explotaciones porque está más cómodo; y aquí no pasa como en Francia, donde, a pesar de que hay más jabalíes, tienen más ordenada la caza y no les dan tantos problemas».

El Alcalde explicó que, a pesar de que hay una población muy grande de jabalí, sólo se permite a cada cazador cobrar dos piezas por cacería, cuando una jabalina suele tener dos partos al año y en cada uno de ellos da una media de seis jabatos.

Uno de los afectados, José Menéndez, de La Calabaza, asegura que en su explotación le habían destrozado un sembrado de patatas y que habían entrado varias veces en la tierra de labranza. «Comen hebras, grano y todo lo que encuentran, alimentos que para la ganadería tienen una importancia muy grande».

Además, denuncian, los animales se llevan por delante vallas y protecciones y hacen peligrar el ganado. Como relata Valentín Forcelledo, de Varé, en su finca «levantaron una valla, rompieron el hilo del pastor eléctrico y lo dejaron todo allí», pero por suerte en aquel momento las cabras no estaban en esa zona. Porque, además de los daños, los jabalíes suelen transmitir numerosas enfermedades al ganado. La más habitual, la sarna.

Los daños suelen producirse por la noche, pero, según Higinio Blanco, de Varé, «últimamente cada día madrugan más». Por otra parte, Blanco muestra su preocupación por el estropicio que provocan los jabalíes en los pastos: «Dejan un rastro que apenas se ve a simple vista, pero que estropea la hierba, ya que los animales no la quieren comer».

Los afectados reunidos ayer con los representantes municipales fueron seis. Además de Higinio Blanco, Valentín Forcelledo y José Menéndez, estuvieron Jesús Quirós, de Ferrera, Aladino Rato, de Varé, y Antonio Blanco, de Ruedes (La Quintana).

Todos confirman que ellos son sólo una pequeña muestra de los agricultores y los ganaderos afectados por los daños del jabalí y que, llegado el caso, sería mucha más gente la que se uniría a su causa.

Por su parte, Valeriano Rodríguez asegura que el equipo de gobierno se pondrá en contacto con la Sociedad de Cazadores de Siero y Noreña (Socasino) para convocar una reunión en la que se trate sobre el asunto y, también, pedirá un encuentro con responsables de la Consejería de Agroganadería del Principado.

Los agricultores y los ganaderos se encuentran en una situación muy difícil, en la que, por ejemplo, «el maíz ya no se puede sembrar porque lo destrozan todo», según Jesús Quirós. «Hace veinte años en Siero no había jabalíes y ahora hay demasiados», apuntó José Menéndez. La única solución, apuntan, es un mayor control sobre la población.