Candás, Gonzalo BENGOA

«Pintadas en un cuadro las gaviotas me parecen hasta graciosas, pero como las tengo que aguantar, las detesto». Lo dice Ana María Suárez, una vecina de Candás que aborrece la presencia de estas aves en la villa marinera. «El ruido se hace insoportable, sin entrar en la suciedad de sus excrementos, que lo dejan todo perdido», comenta la mujer, sentada en la plaza de La Baragaña. Pedro Álvarez pasea por la zona y reconoce que las gaviotas «molestan, sobre todo, en la época de cría». El vecino tuvo un nido en el tejado de su edificio el pasado año y aprovechó la campaña que inició el Ayuntamiento de Carreño para retirar nidos, huevos y gaviotas allá donde molesten. «Hay que llamar al Consistorio, dejar aviso y en unos días una empresa se encarga de quitar el nido del tejado», explica Álvarez.

Luis Miguel Reguero y Ricardo Díaz son los dos operarios de una empresa de Galicia que se encarga de retirar los nidos de los tejados de Carreño. Hace unos días tuvieron que retirar uno con huevos de gaviota en la azotea del centro polivalente y en poco más de media hora realizaron el trabajo. «En azoteas no hay demasiados problemas. Lo peor son tejados con inclinación, donde tenemos que ir atados con arneses», explica Ricardo, que recuerda que el pasado año tuvieron que retirar un nido de uno de los tejados de la iglesia.

Los nidos, que se construyen entre mayo y agosto, suelen tener tres huevos, y no suele haber más que uno en cada tejado. «Cada una protege su territorio y llegan a ser agresivas cuando te dispones a retirar el nido», comenta Luis Miguel Reguero. Por eso van dos operarios a realizar la tarea. «Uno quita el nido y el otro controla que la gaviota no ataque», explica Reguero, que lleva cuatro años realizando esta campaña en Carreño. Hay que intentar terminar antes de que nazcan los polluelos, porque de lo contrario «la tarea resulta mucho más complicada».

El Ayuntamiento de Carreño inició esta campaña debido a las molestias que ocasionan las gaviotas, sobre todo, en su período reproductor. «Madrugan mucho y el ruido resulta muy molesto», comenta Laura Rodríguez, técnica del Consistorio y coordinadora de esta campaña. «Además, son muy sucias y ensucian las fachadas y el suelo», comenta Rodríguez, a cuyo departamento deben llamar los vecinos que deseen retirar los nidos.

También los hosteleros se muestran «hartos del daño que hacen las gaviotas», como dice Chema Álvarez, que explica que los toldos y el suelo acaban sucios a causa de los excrementos de las aves. Antonio García también reconoce el problema para los clientes de terrazas y cuenta cómo a una mujer le cayeron excrementos de gaviota tres veces en un mismo día. «Lo que no podemos asegurar es que se tratara de la misma gaviota», ironiza.