San Román (Candamo),

Sara ARIAS

El Arzobispado de Oviedo mantiene el traslado del párroco de San Román, Eustaquio Sánchez Fonseca, «Tito», pese al apoyo que está recibiendo por parte de los vecinos y feligreses de las ocho parroquias en las que realiza los oficios religiosos. En el Arzobispado han rechazado valorar el apoyo popular recibido por el sacerdote, así como han declinado señalar los motivos de tal traslado.

Mientras tanto, en San Román, los vecinos siguen movilizándose para apoyar a Sánchez, que no ha querido realizar ninguna declaración a este periódico. Si bien uno de sus vecinos y amigo, Luis López, explica que «Tito prefiere no decir nada y mantenerse al margen, aunque sí me dijo que está muy agradecido con el pueblo que lo apoya y me dio las gracias por lo que estamos haciendo», afirma.

La inminente marcha del cura de San Román ha calado hondo entre muchos de los vecinos, que desde ayer recogen firmas en Candamo, Pravia y Grado para enviar al Arzobispado y, de esa forma, intentar presionar para que Sánchez se quede en San Román.

Además, planean manifestarse el próximo domingo, coincidiendo con la misa, a las doce y media del mediodía, en la iglesia de San Román. «Creemos que es el último día que dará misa y posiblemente tendrá que anunciar a su sucesor. Vamos a estar allí en señal de protesta para impedir que lo trasladen», detalló López.

Las malas noticias llegaron el miércoles 11 de abril, cuando Sánchez fue convocado telefónicamente por el Arzobispado para una reunión en Oviedo el viernes 13. Acompañado por un vecino, Juan Carlos Blanco, Sánchez acudió a la cita, donde se le informó de su traslado a otra parroquia. Noticia que Sánchez acogió con pena.

Según Blanco, le comunicaron que la decisión se tomaba «para que no se encariñase con el pueblo». Aunque los que apoyan al cura sospechan que la decisión viene determinada tras varias quejas de otros vecinos «por su diferente forma de practicar la religión». Los vecinos, en su mayoría, arropan al párroco y han dejado claro que seguirán movilizándose para que el traslado del sacerdote no se haga efectivo.