Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La mayoría de los pescadores amarrados en el puerto de Candás se queda en paro. El vertido de miles de litros de fuel de la central térmica de Aboño, el pasado 26 de junio, ha mermado de tal manera sus ventas en la lonja que la actividad pesquera ya no resulta rentable. «Las embarcaciones estarán paradas, al menos, hasta el 2 de agosto, cuando pase el Festival de la Sardina», explica el patrón mayor de la cofradía de pescadores de Candás, José Ángel Gutiérrez. Para entonces, espera, «las cosas habrán vuelto a la normalidad».

Y es que, desde el vertido de hace dos semanas, las ventas de pescado en la rula candasina se han reducido a la mínima expresión. «No vendemos nada de pescado», se queja Gutiérrez, a pesar de que los peces capturados cumplen al cien por ciento las condiciones para su consumo. Por ese motivo se ha visto obligado a «llevar a cabo un expediente de regulación de empleo, hasta que revierta la situación y veamos a la gente volviendo a bañarse en el pueblo y no a treinta operarios limpiando las playas».

La situación no es buena ni para el baño ni para la pesca, según el Patrón Mayor. «Palmera no está para bañarse y ni siquiera sabemos si ha de hacerse por fuera o por dentro de la barrera, por dónde está colocada», añade Gutiérrez, quien asegura que los pescadores «somos los primeros interesados en que la situación vuelva a la normalidad». Dicho esto, sentencia que, «mientras no haya playa, tampoco va a haber compradores en la cofradía».

En la cofradía, donde trabajan dos personas, se ha dado vacaciones a una de ellas «y el otro irá detrás», por la falta de trabajo. «Sin movimiento no necesitamos personal», constata el Patrón. «Para ir a la mar tiene que estar todo perfecto, y no es que sea como al principio, que manchábamos 25 aparejos, pero en cuatro kilómetros de aparejo encontramos manchas de fuel de 100 metros», asegura. Eso sí, el trato con la empresa responsable es bueno, ya que «todo han sido buenas palabras». Hasta que la situación mejore significativamente, Gutiérrez descarta salir al mar por falta de rentabilidad.

Con respecto al futuro, advierte de las dificultades, puesto que la campaña del ocle, por ejemplo, «depende del estado de los campos». También arroja dudas sobre el marisqueo en otoño. «No creo que esté Carreño para percebes, oricios, llámparas ni nada de eso; los acantilados no se van a poder limpiar».

Las tareas de limpieza del litoral continuaron ayer en Carreño, a cargo de un operativo formado por 36 operarios y 13 máquinas hidrolimpiadoras, con dos efectivos en cada una de ellas. Además, se emplearon dos camiones para el abastecimiento de las máquinas. Las playas del concejo siguen registrando una mejoría gradual con respecto a días previos, cuando se vieron muy afectadas por los restos del vertido del pasado 26 de junio.

Así, en la playa de Palmera de Candás solo se registraron pequeñas galletas de galipote, pocas y dispersas, lo mismo que en la playa de Carranques, en Perlora, en Xivares y en Peña María, en Albandi, así como en la ría de Aboño.

Mientras, en la playa de Huelgues, también en Perlora, se hallaron restos de fuel procedentes de las barreras absorbentes, aunque fueron limpiados en su totalidad.