Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Junto a los cinco caños de la fuente de Santarúa, construida en 1779, los vecinos del barrio del mismo nombre y muchos otros de Candás se reúnen para comer en la calle, en la víspera de la fiesta de San Roque, que hoy se celebra. Es una iniciativa espontánea y popular, que depende de los mismos vecinos que, como explica José Manuel Muñiz, «se levantan a las siete de la mañana, colocan las mesas y las sillas que presta el Ayuntamiento de Carreño, y unas horas más tarde sacan a la familia y la comida para comer en el parque».

Ayer fueron cerca de 400 las personas que acudieron a la cita, a la que acompañó un buen día de verano. «Los hosteleros y los comerciantes también ponen mucho de su parte para que se celebre un evento en el que todo el mundo se vuelca», dice Muñiz. Y es que San Roque oficialmente es sólo una romería de prado en lo alto del Monte Fuxa, a la que con el paso de los años se le ha sumado no sólo la comida en la calle, sino también un popular concurso de empanadas, una verbena, un certamen de cetrería, y hasta actuaciones de monologuistas y tonada.

Lo que no está del todo claro es si fue primero el huevo o la gallina. Es decir, la empanada o la comida en la calle. «Hace ya unos cuantos años se nos ocurrió a un grupo de vecinas empezar con el concurso de empanadas por San Roque, como una tontería más, y de ahí vino la comida en la calle, que ahora reúne a tanta gente», explica Mari Rodríguez Serrano. A su lado, Silvina Castro, otra de las primigenias organizadoras, añade que todo lo que rodea a San Roque «es algo muy de los vecinos, ahora es como la comida en la calle de Avilés, con una gran auge, y en al que no solo hay gente de Santarúa, sino de todo Candás, e incluso de fuera».

«Primero fue la empanada y luego la comida», se dicen Castro y Rodríguez Serrano mirándose la una a la otra. Las empanadas estarán a la venta mañana en la subida a San Roque, durante la romería, y lo que se recaude servirá para pagar todo lo que rodea a la fiesta.