Tiroco (Valdesoto),

Manuel NOVAL MORO

Varios vecinos de la localidad de Tiroco de Arriba, en la parroquia sierense de Valdesoto, han denunciado a una empresa maderera local por una tala indiscriminada de árboles autóctonos para la que no tenía los permisos correspondientes. Según denuncian, el daño es, por una parte, a sus propiedades y, por otra, al medio natural. De ahí que hayan denunciado los hechos en todos los ámbitos posibles: ante el Ayuntamiento de Siero, el Servicio de Montes, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Consejería de Medio Ambiente del Principado.

Jorge Otero Pérez, propietario de una finca en Tiroco, es uno de los afectados directos. Según explica, recientemente se encontró con que la empresa maderera, sin mediar palabra, había eliminado una hilera de castaños, robles y una encina que tenía al menos cuarenta años de antigüedad y que estaba en el cierre entre una finca propiedad de la compañía y la suya.

La tala se produjo sin licencia municipal y, por otra parte, al ser árboles de crecimiento lento, nunca podría tener permiso para talarlos todos. «No sólo están quitándome árboles a mí, se los quitan a todo el mundo porque algunos de los castaños daban al camino, y los talaron sin permiso».

El vecino asegura que cualquier empresa que quiera talar necesita un permiso del Servicio de Montes para la corta de un número determinado de árboles y, además, un permiso municipal y, si necesita flanquear una finca privada, el permiso de su dueño para circular por ella. Esta empresa, sin embargo, «prefiere saltarse toda la legalidad para mejorar sus costes; se vale de la velocidad de sus acciones y de la lentitud (cuando no connivencia) de las autoridades para talar».

El afectado asegura que tala «impunemente cuanto, donde y como desea». Según los denunciantes, la normativa permite la tala de eucaliptos y álamos, especies de crecimiento rápido, más un 15 por ciento de las de crecimiento lento: robles y castaños. Las encinas están protegidas y no se pueden talar. Sin embargo, «ellos han talado todo lo que se encontaron, y no sólo aquí».

Otro vecino afectado, Jorge Fernández, que vio cómo le cortaban cuatro castaños de una finca suya que estaban a la vera de un camino, dice que la empresa actúa valiéndose de los defectos de la ley, que hace que las acciones fraudulentas sean más rentables porque la madera es muy cara y las multas muy bajas.

«No solo es un atentado contra nuestras propiedades; en otras fincas, que no sabemos de quién son, han talado todos los árboles autóctonos, han arrasado con todo, cuando sólo pueden llevarse el 15 por ciento; y nadie los frena». Es, concluyen, un «atropello impune» a su propiedad y al medio natural del concejo de Siero.